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domingo, 27 de marzo de 2011

PRINCIPIOS DE SANTA LITURGIA


PRINCIPIOS DE SANTA LITURGIA

P.Brian Moore


LA VIRTUD DE RELIGIÓN



1)- DEFINICIÓN

1.1. Nominal
Etimológicamente puede tener un triple origen:
a-    Relegere = releer. Así según Cicerón: “Justitia erga deos religio nominatur”
b-   Reeligere = reelegir (S. Agustín)
c-    Religare = volver a ligar, unir (Lactancio)
En los tres casos el sentido etimológico implica un orden a Dios.[1]

1.2. Real
Es la virtud que inclina nuestra voluntad a dar a Dios el culto que le es debido como primer principio, fin último, Señor y soberano de todas las cosas.
El hombre reconoce que Dios es su Creador y que todo debe estar orientado a Él.
La virtud de Religión, como las teologales, tiene como objeto directo a Dios

2)- ACTOS DE ESTA VIRTUD

Esta virtud impulsa al hombre a la realización de actos que tienen por fin dar a Dios el honor y la gloria debidos a su Majestad.
Esos actos son de dos clases:
2.1. Los que tienden directamente al culto divino. Es decir, que por su propia naturaleza están destinados a testimoniar a Dios el reconocimiento y homenaje que le son debidos. Así: los sacrificios;  la oración;  los votos; la decoración del templo.
2.2. Todos los actos virtuosos hechos por Dios. Es decir, que la vida entera del cristiano, en cuanto busca glorificar a Dios, es de carácter cultual.
“Ya comáis, ya bebáis, o cualquier cosa que hagáis, hacedlo todo para gloria de Dios” (I Cor. 10,31)
“Os ruego, hermanos, por la misericordia de Dios, que presentéis vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios (en un) culto espiritual vuestro” (Rom.12, 1)

S.Tomás dice al respecto: “A la religión pertenecen no solamente la oblación y los sacrificios y demás cosas propias de ella, sino también los actos de las demás virtudes, en tanto que las referimos al servicio y honor de Dios” (II-II, q.186, 1, ad 2; Cf. II-II, 81, a.1, ad 1)


3)- IMPORTANCIA DE ESTA VIRTUD

Ocupa el primer lugar entre las virtudes morales.
“Entre todas las virtudes morales es la Religión la que más se acerca a Dios, pues realiza todo lo que directa e inmediatamente atañe al honor divino” (II-II, q.81, a.6)

Esta virtud ennoblece al hombre precisamente por la sumisión total a la voluntad y a la omnipotencia divina.
“Por la reverencia y honor que tributamos a Dios, le sometemos nuestro espíritu, que en esto se perfecciona. En efecto, la perfección de las cosas está en la subordinación a lo que le es superior; así la perfección del cuerpo consiste en que está animado por el alma y la del aire que está iluminado por el sol”  (II-II, q.81, a.7)

4)- LOS ACTOS PRINCIPALES DE ESTA VIRTUD

Son cuatro:
A-  ADORACIÓN: Por él reconocemos que Dios es Dios, es decir, el Ser perfecto, infinito, Suma Bondad y Belleza, Creador de todas las cosas
B-   ACCIÓN DE GRACIAS: por todo lo recibido
C-   SÚPLICA: por todo lo que necesitamos
D-  SACRIFICIO: por todas nuestras faltas

5)- NECESIDAD DE LA VIRTUD DE RELIGIÓN

La virtud de Religión obliga a toda criatura pero especialmente a los sacerdotes.
La mayoría de los hombres absorbidos en sus asuntos terrenales, consagran muy poco tiempo al culto. Por eso Dios se ha separado a ciertos hombres, los sacerdotes, para que le rindan el culto que le es debido.
Esta virtud es pues un deber de estado, deber de justicia, para el sacerdote. De allí que la Iglesia le confiera dos grandes medios para practicar esta virtud: el Oficio Divino y la Santa Misa.






LA SANTA LITURGIA


INTRODUCCIÓN

1. Desde toda la eternidad, en el seno de la Santísima Trinidad tiene lugar un cierto culto, porque el Verbo canta la gloria del Padre.
2. Cuando Dios “decide” crear, el Espíritu Santo se hace fecundo en las creaturas (de la Tercera Persona de la Trinidad no procede otra Persona); las primeras que existieron fueron los ángeles, creados para alabar a Dios.
3. Luego fue creado el hombre, ciertamente nuestros protoparentes rindieron culto a Dios, como así también sus descendientes (así nos lo narra la Biblia, p.ej., Caín y Abel). Pero como se trataba del culto tributado por una simple criatura, y además pecadora, no podía ser un culto agradable a Dios, al menos, acabadamente.
4. Por eso se encarna la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, y se hace posible desde ese momento rendir un culto perfecto a Dios. Porque, en efecto, la liturgia del Gólgota subirá en suavísimo olor al Padre eterno, y quedará así para siempre aplacada su justa ira.
5. Ese culto que rindió Cristo al Padre de una vez para siempre sobre la tierra, se prolonga en su Cuerpo Místico, la Santa Iglesia.

Eso es lo que pasaremos a explicar enseguida.

1)- DEFINICIÓN NOMINAL

Liturgia viene del latín “liturgia” y esta del griego “léiton ergon”
= carga, oficio público  (“officium publicum”)
Entre los griegos era la carga impuesta por la autoridad para el bien público. Se trataba de cualquier servicio, civil o militar, que los ciudadanos estaban obligados a prestar al Estado, o cualquier función pública que se desempeñaba en bien del interés común. Posteriormente, entre los mismos griegos, pasó a significar el culto religioso. ¿Qué puede haber de mayor interés público que adorar y aplacar a los dioses?

En la Sagrada Escritura tiene el sentido de “ejercicio de una función pública del culto” :
- Num.1,50: los levitas (tribu de Leví) no son censados para la guerra porque están destinados al culto
- Lc.1, 23: Zacarías ejerce su ministerio
- Rom.15, 16: San Pablo dice que fue elegido por Dios, se le concedió la gracia “de ser ministro de Cristo Jesús entre los gentiles, ejerciendo el ministerio del Evangelio de Dios”
- Hebr.8,2: Cristo es “ministro del santuario y del verdadero tabernáculo, que hizo el Señor y no el hombre” (Cf. 9,21)

En la Iglesia pasó a designar la Santa Misa y todo el culto oficial. De hecho, en la Iglesia de Oriente “Santa Liturgia” es sinónimo de Misa.


2)- DEFINICIÓN REAL

La Liturgia es el culto oficial de la Iglesia

Culto: Conjunto de actos de religión con los cuales el hombre honra a Dios, reconociéndolo como soberano Señor, principio y fin suyo y de todas las cosas.
Oficial: Cuando está organizado y puesto en ejecución por la autoridad eclesiástica, en lugares oficiales, con ceremonias oficiales.
De la Iglesia: Se le tributa a Dios en nombre de la Iglesia y por personas legítimamente deputadas por ella a ese objeto
(Cf. Canon 1256 del Código de 1917)

“Liturgia es el conjunto de símbolos, cantos y actos por medio de los cuales la Iglesia expresa y manifiesta su religión hacia Dios” (Dom Gueranger)

Pío XII la define así: “La Santa Liturgia es el culto público que Nuestro Redentor tributa al Padre como cabeza de la Iglesia, y el que la sociedad de los fieles tributa su fundador y por medio de Él, al Eterno Padre; es en una palabra, el culto integral público del cuerpo místico de Jesucristo, es decir, de la Cabeza y de sus miembros” (Parte 1, 1)

El culto es externo porque el hombre está compuesto de cuerpo y alma y manifiesta sus pensamientos y sentimientos a través de sus palabras, gestos y símbolos.
El culto es público porque el hombre es un ser social y toda la comunidad como tal (aparte del individuo) está obligada a rendir culto a Dios.


3)- SUJETO DE LA LITURGIA (QUIÉN LA EJERCE)

3.1. Sujeto primario: N.S.J.C., Sumo y Eterno Sacerdote. Él es el instaurador de la liturgia católica, en lo que esta tiene de esencial: Sacrificio y sacramentos.
Dice san Agustín: “El es el que ruega por nosotros, como Sacerdote nuestro; el que ruega en nosotros, como Cabeza nuestra; y el que es rogado por nosotros, como Dios nuestro”[2]
3.2. Sujeto secundario: el sacerdote, quien ha recibido un sacramento a tal efecto. Actúa “in persona Christi”

3.3. Los fieles sólo participan de un modo espiritual al sacerdocio de Cristo.
Cf. Dz.938; 949; 1958 / 960; 2300
En otro momento trataremos de este tema.


4)- TÉRMINO DE LA LITURGIA (A QUIÉN VA DIRIGIDA)

El término de la liturgia lo constituyen los seres que son objeto del culto.
4.1. Término primario: Dios, Uno y Trino; y N.S.J.C.
4.2. Término secundario: la Santísima Virgen; los ángeles; los santos; los miembros del Cuerpo místico; los lugares y objetos consagrados

Por ello se distinguen tres clases de culto:
a-    De latría: o de adoración u sumisión absoluta. Sólo se rinde a Dios.
b-   De hiperdulía: o de especial servidumbre. Es el que se tributa solo a la Virgen por ser Madre de Dios
c-    De dulía: o de sumisión simple. Es el que se tributa a los santos.

5)- FINES DE LA LITURGIA
5.1. Primera clasificación:
         a- Fin primario: es la gloria de Dios
         b- Fin secundario: la santificación del hombre
El fin secundario se subordina y ordena al primario. Así los sacramentos están dirigidos directamente al hombre al que santifican pero éste se santifica para gloria de Dios.

5.2. Segunda clasificación

a- Fin LATRÉUTICO: es aquel por el cual el hombre adora a Dios y lo reconoce como único Señor.
b- Fin EUCARÍSTICO: por el que da gracias a Dios de todos los bienes recibidos
c- Fin IMPETRATORIO: pide a Dios todo lo que necesita, reconociéndolo como fuente de todo bien
d- Fin PROPICIATORIO: por el cual aplaca con sacrificios, oraciones y penitencias al Justo Juez.

Estos fines se cumplen perfectamente en la Santa Misa


6)- IMPORTANCIA DE LA LITURGIA

a- Nos proporciona el modo de honrar dignamente a Dios
b- Es escuela de fe
c- Fuente de vida espiritual. “Fuente primera e indispensable del espíritu cristiano”

Liturgia y Tradición
Según Bossuet: “El instrumento principal de la Tradición está encerrado en sus oraciones” (Estados de Oración, Libro VI)

San Agustín dice: “La fe de la Iglesia se encuentra en sus oraciones”
Es conocido el axioma atribuido a San Celestino: “La ley de la oración establece la ley de la fe” (Legem credendi statuat lex supplicandi”)
“Prestemos atención al sentido de las oraciones sacerdotales las cuales, recibidas por la tradición de los Apóstoles son utilizadas uniformemente en toda la Iglesia. Por la manera que debemos rezar, aprendamos aquello que debemos creer”

Por eso es que los herejes reforman la liturgia: porque no condice con su fe.
















[1] ST II, q.81, a.1
[2] Enarr. In Ps. (PL t.37, col. 1081)

LA REFORMA LITÚRGICA- ENTREVISTA A MONS.DOMENICO BARTOLUCCI

REFORMA LITÚRGICA
ENTREVISTA A MONS. BARTOLUCCI

Ofrecemos la traducción al español de una valiosa entrevista a Monseñor Domenico Bartolucci, de 92 años, nombrado por Pío XII Maestro “ad vitam” de la Capilla Sixtina pero alejado del cargo en 1997, debido a la intervención de Mons. Piero Marini, una medida que fue vigorosamente rechazada por el entonces Cardenal Joseph Ratzinger.




***
Maestro, la reciente publicación del Motu Proprio “Summorum Pontificum” ha traído un soplo de aire fresco en el desolador panorama litúrgico que nos rodea; también usted puede ahora, por lo tanto, celebrar la “Misa de siempre”.
Pero, a decir verdad, yo siempre la he celebrado ininterrumpidamente, a partir de mi ordenación… tendría dificultad, en cambio, no habiéndola dicho nunca, en celebrar la Misa del rito moderno. (Nota de Creer en México: ¡Un nuevo Cardenal que nunca ha dicho la Misa nueva!… algunos morirían del espanto)
*
¿Nunca abolida, entonces?
Son las palabras del Santo Padre, aún si algunos fingen no entenderlas y si muchos en el pasado han sostenido lo contrario.
*
Maestro, será necesario conceder a los denigradores de la Misa antigua que esta última no es “participada”…
¡No digamos disparates! He conocido la participación de los tiempos antiguos tanto en Roma, en la Basílica, como en el mundo, como aquí abajo en el Mugello, en esta parroquia de este bello pueblo, un templo poblado de gente llena de fe y de piedad. El Domingo, en las vísperas, el sacerdote habría podido limitarse a entonar el “Deus in adiutorium meum intende” y luego ponerse a dormir sobre el asiento… los campesinos habrían continuado solos y los jefes de familia habrían pensado en entonar las antífonas.
*
¿Una velada polémica, Maestro, respecto al actual estilo litúrgico?
Yo no sé si, ¡ay de mí!, han estado en un funeral: “aleluya”, aplausos, frases risueñas, uno se pregunta si esta gente leyó alguna vez el Evangelio; Nuestro Señor mismo lloró sobre Lázaro y su muerte. Aquí, con este sentimentalismo insípido, no se respeta ni siquiera el dolor de una madre. Yo les habría mostrado cómo asistía al pueblo a una Misa de difuntos, con qué compunción y devoción se entonaba aquel magnífico y tremendo “Dies Irae”.
*
¿La reforma no ha sido hecha por gente consciente y doctrinalmente formada?
Discúlpeme, pero la reforma ha sido hecha por gente árida, se lo repito, árida. Y yo los he conocido. En cuanto a la doctrina, el Cardenal Ferdinando Antonelli, de venerada memoria, solía decir a menudo: ¿“qué hacemos liturgistas que no conocen la teología?”.
*
Estamos de acuerdo con usted, Monseñor, pero es cierto también que la gente no entendía…
Queridísimos amigos, ¿han leído alguna vez a San Pablo: “no importa saber más allá de lo necesario”, “es necesario amar el conocimiento ‘ad sobrietatem’”. De aquí a algunos años se intentará entender la transubstanciación como se explica un teorema de matemática. ¡Pero si ni siquiera el sacerdote puede comprender hasta el fondo tal misterio!
*
¿Pero cómo se llegó, entonces, a esta distorsión de la liturgia?
Fue una moda, todos hablaban, todos “renovaban”, todos pontificaban, en la estela del sentimentalismo, de reformas. Y las voces que se levantaban en defensa de la Tradición bimilenaria de la Iglesia eran hábilmente calladas. Se inventó una especie de “liturgia del pueblo”… cuando escuchaba estas frases, me venían en mente las palabras de mi profesor del seminario que decía: “la liturgia es del clero para el pueblo”, ella desciende de Dios y no sale desde abajo. Debo reconocer, sin embargo, que aquel aire hediondo se ha hecho menos denso. Las jóvenes generaciones de sacerdotes son, tal vez, mejores que las que las han precedido, no tienen los furores ideológicos dominados por un modernismo iconoclasta, están llenos de buenos sentimientos pero les falta formación.
*
¿Qué quiere decir, Maestro, con que “les falta formación”?
¡Quiero decir que queremos los seminarios! Hablo de aquellas estructuras que la sabiduría de la Iglesia había cincelado elegantemente durante los siglos. No se da cuenta de la importancia del seminario: una liturgia vivida, los momentos del año son vividos “socialmente” con los hermanos… el Adviento, la Cuaresma, las grandes fiestas que siguen a la Pascua. Todo esto educa, ¡y no se imagina cuánto! Una retórica tonta dio la imagen de que el seminario arruina al sacerdote, de que los seminaristas, alejados del mundo, permanecen encerrados en sí mismos y distantes de la gente. Todas fantasías para disipar una riqueza formativa plurisecular y para remplazarla luego con nada.
*
Retornando a la crisis de la Iglesia y al cierre de muchos seminarios, ¿Usted es partidario de un retorno a la continuidad de la Tradición?
Mire, defender el rito antiguo no es ser del pasado sino ser “de siempre”. Vea, se comete un error cuando a la misa tradicional se la llama “Misa de San Pío V” o “Tridentina”, como si fuese la Misa de una época particular: es nuestra Misa, la romana, es universal en los tiempos y en los lugares, una única lengua desde la Oceanía hasta el Ártico.
Por lo que respecta a la continuidad en los tiempos, quisiera contarles un episodio. Una vez estábamos reunidos en compañía de un Obispo, cuyo nombre no recuerdo, en una pequeña iglesia del Mugello, y llegó la noticia de la repentina muerte de un hermano nuestro, propusimos celebrar enseguida una Misa pero nos dimos cuenta de que sólo había misales antiguos. El Obispo rechazó categóricamente celebrar. No lo olvidaré nunca y reitero que la continuidad de la liturgia implica que, salvo minucias, se pueda celebrar hoy con aquel viejo misal polvoriento tomado de un estante y que hace cuatro siglos sirvió a un predecesor mío en el sacerdocio.
*
Monseñor, se habla de una “reforma de la reforma” que debería limar las deformaciones que vienen de los años sesenta…
La cuestión es bastante compleja. Que el nuevo rito tenga deficiencias es ya una evidencia para todos y el Papa ha dicho y escrito varias veces que debería “mirar al antiguo”; sin embargo, Dios nos guarde de la tentación de los líos híbridos; la Liturgia, con la “ele” mayúscula, es la que nos viene de los siglos, ella es la referencia, no se la debe corromper con compromisos “a Dio spiacenti e a l’inimici sui” [que desagradan a Dios y a sus enemigos].
*
¿Qué quiere decir, Maestro?
Tomemos, como ejemplo, las innovaciones de los años sesenta. Algunas “canciones populares” beat y horribles y tan de moda en las iglesias en el ’68, hoy ya son trozos de arqueología; cuando se renuncia a la perennidad de la tradición para hundirse en el tiempo, se está condenado al cambiar de las modas. Me viene a la mente la Reforma de Semana Santa de los años cincuenta, hecha con una cierta prisa bajo un Pío XII ya cansado. Y bien, sólo algunos años después, bajo el pontificado de Juan XXIII (quien, más allá de lo que se diga, en liturgia era de un tradicionalismo convencido y conmovedor), me llegó una llamada de Mons. Dante, ceremoniero del Papa, que me pedía preparar el “Vexilla Regis” para la inminente celebración del Viernes Santo. Respondí: “pero lo han abolido”. Se me respondió: “el Papa lo quiere”. En pocas horas, organicé las repeticiones de canto y, con gran alegría, cantamos de nuevo lo que la Iglesia había cantado por siglos en aquel día. ¡Todo esto para decir que, cuando se hacen desgarros en el tejido litúrgico, esos agujeros son difíciles de cubrir y se ven! Nuestra liturgia plurisecular debemos contemplarla con veneración y recordar que, en el afán de “mejorarla”, corremos el riesgo de hacerle sólo daños.
*
Maestro, ¿qué papel tuvo la música en este proceso?
Tuvo un rol importante por varias razones. El melindroso cecilianismo, al cual ciertamente Perosi no fue ajeno, introdujo con sus aires pegadizos un sentimentalismo romántico nuevo, que nada tenía que ver con aquella densidad elocuente y sólida de Palestrina. Ciertas extravagancias de Solesmes habían cultivado un gregoriano susurrado, fruto también de aquella pseudo restauración medievalizante que tanta suerte tuvo en el siglo XIX.
Cundía la idea de la oportunidad de una recuperación arqueológica, tanto en música como en liturgia, de un pasado lejano del cual nos separaban los así llamados “siglos oscuros” del Concilio de Trento… Arqueologismo, en resumen, que no tiene nada que ver con la Tradición y que quiere restaurar lo que tal vez nunca ha existido. Un poco como ciertas iglesias restauradas en estilo “pseudo-románico” por Viollet-le-Duc.
Por lo tanto, entre un arqueologismo que quería remitirse al pasado apostólico, prescindiendo de los siglos que nos separan de ellos, y un romanticismo sentimental, que desprecia la teología y la doctrina en una exaltación del “estado de ánimo”, se preparó el terreno para aquella actitud de suficiencia respecto a lo que la Iglesia y nuestros Padres nos habían transmitido.
*
¿Qué quiere decir, Monseñor, cuando en el ámbito musical ataca a Solesmes?
Quiero decir que el canto gregoriano es modal, no tonal; es libre, no ritmado, no es “uno, dos tres, uno dos tres”; no se debía despreciar el modo de cantar de nuestras catedrales para sustituirlo con un susurro pseudo-monástico y afectado. No se interpreta un canto del Medioevo con teorías de hoy sino que se lo toma como ha llegado hasta nosotros; además, el gregoriano sabía ser también canto de pueblo, cantando con fuerza nuestro pueblo expresaba su fe. Esto Solesmes no lo entendió, pero todo esto sea dicho reconociendo el gran y sabio trabajo filológico que hizo con el estudio de los manuscritos antiguos.
*
Maestro, ¿en qué punto estamos, entonces, de la restauración de la música sagrada y de la liturgia?
No niego que haya algunos signos de restablecimiento. Sin embargo, veo el persistir de una ceguera, casi una complacencia por todo lo que es vulgar, grosero, de mal gusto e incluso doctrinalmente temerario… No me pida, por favor, que dé un juicio sobre las “chitarrine” y sobre las “tarantelle” que todavía nos cantan durante el ofertorio… El problema litúrgico es serio, no se debe escuchar a aquellas voces que no aman a la Iglesia y que se lanzan contra el Papa. Y si se quiere sanar al enfermo, hay que recordar que el médico piadoso hace la llaga purulenta…
***
Fuente: Disputationes Theologicae
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

sábado, 26 de marzo de 2011

EL AÑO LITÚRGICO- DOM GUÉRANGER (en francés)




VER ESTA PÁGINA (en francés)

http://www.abbaye-saint-benoit.ch/gueranger/anneliturgique/index.htm

MONS.LUIGI NEGRI- EL PAPA ES COMBATIDO


Mons. Negri: “El Papa está siendo obstaculizado por fuerzas negativas de resistencia"

Presentamos una interesantísima entrevista que Mons. Luigi Negri, obispo de San Marino-Montefeltro, ha concedido a La Voce di Romagna.

Excelencia, el rasgo característico de este pontificado es la relación entre fe y razón: ¿por qué insistir en la liturgia?

La liturgia es la vida de Cristo que se realiza en la Iglesia e involucra existencialmente a los cristianos. La liturgia no es simplemente un culto que se eleva desde el hombre a Dios, como en la gran mayoría de las formulaciones religiosas naturales.

La liturgia es el amplio realizarse del acontecimiento de la vida, pasión, muerte y resurrección del Señor que toma forma en el organismo sacramental e involucra a los cristianos en un sentido sustancial y fundamental, haciéndolos pertenecer a Cristo y a la Iglesia a través de los sacramentos de la iniciación cristiana, y luego los acompaña en las grandes opciones y en las grandes etapas de su vida. En las grandes opciones vocacionales – matrimonio, orden – o en las etapas de la vida. Ahora bien, la liturgia defiende la facticidad de Cristo y de la Iglesia. Por eso tengo mucha gratitud hacia el profesor De Mattei por su extraordinario libro sobre la historia del Vaticano II y las páginas dedicadas a un lento e inexorable “socializarse” de la liturgia, ya antes del Concilio: como si el valor de la liturgia estuviese en la posibilidad de que el pueblo cristiano participara activamente en un evento que era luego vaciado, de hecho, de su sacramentalidad y terminaba por ser una iniciativa de sociabilidad católica.

Y yo creo que en la liturgia se juega la verdad de la fe porque se juega la gran alternativa que Benedicto XVI ha puesto al comienzo de la Deus caritas est: el cristianismo no es una ideología de carácter religioso, no es un proyecto de carácter moralista, sino que es el encuentro con Cristo que permanece y se desarrolla en la vida de la Iglesia y en la vida de cada cristiano.

La liturgia hace presente el hecho de Cristo en el flujo y en el reflujo de las generaciones: “Haced esto en memoria mía”. Yo creo que también la defensa de una conciencia exacta del dogma depende de la verdad con que se vive la liturgia. En este sentido, desde siempre la Iglesia ha afirmado que “lex orandi, lex credendi”: es la ley de la oración que hace nacer la ley de la fe pero sobre todo que la vigila de manera adecuada y positiva.

*

Dos aspectos me parecen centrales en el libro de Ratzinger “Teología de la liturgia”: la prevalencia lamentablemente verificada de un sentido de la Misa como asamblea, “evento de un determinado grupo o Iglesia local”, cena; por o tanto, la participación entendida como el actuar de varias personas que, según el autor, se transforma a veces en parodia. Y luego la celebración hacia el pueblo que, por una serie de malentendidos y malas interpretaciones “se presenta hoy como el fruto de la renovación litúrgica querida por el Concilio”, escribe el Papa. Consecuencias: la comunidad como círculo cerrado en sí mismo y una clericalización nunca antes vista donde todo converge en el celebrante.

Yo estoy de acuerdo en que el Papa deberá continuar una “reforma de la reforma” litúrgica del Concilio, usando una expresión de don Nicola Bux. Pero debe ser dicho con extrema claridad que al Papa le está costando hacer esta “reforma de la reforma”. Existen tendencias negativas de resistencia, ni siquiera tan pasiva. La reforma litúrgica venida después del Concilio la mayoría de las veces se ha llenado de pseudo-interpretaciones o ha hecho valer casos excepcionales como norma – basta pensar en el problema de la lengua o el de la distribución de la Comunión en la mano. Ha habido auténticos “golpes” de las Conferencias episcopales frente a Roma.

Ciertamente hubo una debilidad de la reacción vaticana, probablemente debida a tensiones y contra-tensiones incluso dentro de las estructuras que debían regular la interpretación exacta y la aplicación del Concilio. Ahora bien, aún teniendo presentes estos datos condicionantes a los que un gobierno de la Iglesia debe hacer frente en forma realista, la alternativa es entre una sociologización de la liturgia – como decir, un funcionamiento adecuado de las leyes y de los comportamientos de la comunidad cristiana reunida para celebrar la Eucaristía, que se convierte en el sujeto de la celebración eucarística antes que en su interlocutor privilegiado – y el volver a traer al centro al verdadero sujeto de la celebración eucarística, que es Jesucristo en persona. La estructura de la tradición litúrgica, así como la Iglesia del Concilio la ha recibido, salva los derechos de Cristo y la presencia de Cristo. Entonces todo esto que se hace para agotar o reducir la conciencia de la presencia de Cristo en beneficio de la modalidad con que la comunidad está presente, es una pérdida del valor último de la liturgia, del valor ontológico, diría don Giussani, y por lo tanto, metodológico y educativo. En el tiempo en que entraba en vigor por primera vez la reforma del Concilio Vaticano II, una altísima personalidad vaticana – no puedo decirle cuál pero es cierto, porque lo he leído con mis propios ojos – escribió que así finalmente la celebración de la Misa volvía a ser “una sana palestra de sociabilidad católica”.

*

¿Me puede decir, al menos, si estaba unos escalones más arriba que Monseñor Bugnini?

Muchos escalones más arriba que monseñor Bugnini.

*

“En Italia, salvo pocas honrosas excepciones, los obispos y los superiores de las órdenes religiosas se han opuesto a la aplicación del Motu proprio”: lo declaró el vicepresidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei a un año de distancia de Summorum Pontificum, con que Benedicto XVI “liberalizó” la liturgia tradicional tridentina. Una denuncia muy fuerte de desobediencia del episcopado italiano. ¿En qué punto estamos en la aplicación del Motu proprio? En su diócesis, ¿hay celebraciones de la liturgia en la forma extraordinaria del Misal Romano de 1962?

Yo he tratado de aplicar, además de recibir y explicar a mi clero el sentido profundo de este Motu proprio que, en mi opinión, es una posibilidad dada a quien quiere en la Iglesia valorizar una riqueza más amplia y articulada de aquello que está a disposición de todos. Es como si el Papa hubiese reabierto la posibilidad de una celebración litúrgica que el individuo y el grupo siente más acorde a su deseo de crecimiento y a sus principios. Sin embargo, debo decir que han faltado hasta ahora las normas aplicativas, que nosotros estamos esperando desde hace años.

Básicamente, por lo que se puede hacer hoy, allí donde el obispo ha obedecido, como en mi caso, se celebran no muchas sino todas aquellas Misas que han sido pedidas, según la modalidad precisamente identificada por el Motu proprio. Cuando antes dije que al Papa le resulta difícil hacer pasar la “reforma de la reforma” tenía precisamente en mente un Motu proprio del que faltan, a más de tres años de su promulgación, las dimensiones aplicativas. Pero me parece que el rechazo, la resistencia, han sido no tanto sobre el Motu proprio sino más si bien sobre el hecho de que la reforma litúrgica del Vaticano II, así como los textos son interpretados y como la liturgia se ha ido determinando, parece que no pueda ser puesta en discusión. La resistencia es sobre la posibilidad misma, que en cambio el Papa ha abierto, de tener otras formas de aplicación de la vida litúrgico-sacramental: esto está en cuestionamiento, no las aplicaciones. Mientras que el Papa dijo: hay una riqueza litúrgica sacramental a la que toda la Iglesia, si quiere, puede acceder, sin que todo sea reconducido a una sola forma; en mi opinión, hay un amplio estrato de los eclesiásticos que considera que, en cambio, la reforma del Concilio Vaticano II arrasó con todo lo que estaba antes. Es aquella hermenéutica de la discontinuidad sobre la que el Papa intervino con mucha claridad y decisión.

*

Según un sondeo de Doxa, el 71 por ciento de los católicos encontraría normal que en la propia parroquia conviviesen las dos formas del rito romano, tradicional y nuevo. El 40 por ciento de quienes van a Misa todos los domingos, si la tuviesen en la parroquia, preferirían ir todas las semanas a la Misa de San Pío V. ¿Cómo comenta estos datos, que deben ser tomados con cuidado como toda encuesta?

Sigo siendo de la opinión que, más allá de estos datos, hoy la Iglesia debe ser muy disponible en ofrecer formas y modos de participación en la vida de Cristo que correspondan en su diversidad a la inevitable diversidad que existe entre los hombres y entre los jóvenes. Creo que nos debe animar un sincero entusiasmo misionero. En un momento en que las iglesias se vacían y hay tantas dificultades para una percepción adecuada del misterio de Cristo y de la Iglesia, todo lo que pueda facilitar debe ser utilizado, ¡pero no para afirmar las propias opciones ideológicas! El choque tradicionalismo-progresismo no tiene ya razón de ser, y de esta superación estamos realmente en deuda con Benedicto XVI. Son contraposiciones ideológicas que hipostatizan puntos de vista, sensibilidades, formas, en lugar de preguntar qué sirve más a la misión de la Iglesia y, por lo tanto, a su tarea educativa.

*

¿Cómo celebraba la Misa don Luigi Giussani? ¿Cuál era su pensamiento sobre la liturgia y cómo recibió la reforma?

He visto a Giussani celebrar según el rito de san Pío V: lo celebraba con la conciencia profunda de ser protagonista de un evento de gracia que abría al corazón y a la vida de los hombres. Y lo he visto celebrar según la liturgia reformada, del mismo modo. Giussani iba a lo esencial y, por naturaleza, no estaba inclinado a subrayar excesivamente los particulares. No puedo decir cómo reaccionó a la reforma porque no recuerdo que hayamos hablado de esto, ni entre nosotros dos, aunque habíamos tenido centenares de horas de diálogo sobre todos los problemas de la vida de la Iglesia y de la sociedad, ni públicamente. Pero la imagen de la liturgia que tenía está contenida en aquel bellísimo librito “Dalla liturgia vissuta, una proposta”. Creo que tanto la liturgia tradicional como la liturgia reformada, si se mantienen en la identidad que le es reconocida por el magisterio, pueden favorecer que una vida se convierta en propuesta de vida: la liturgia es una vida, la vida de Cristo con los suyos, que se convierte en propuesta de vida. No creo que estuviese dispuesto a morir para salvar la liturgia de san Pío V pero no creo tampoco – por lo que lo he conocido en cincuenta años de convivencia – que dijese inmediatamente que la liturgia del Vaticano II fuese la mejor posible. Más bien creo que, como sobre otras cuestiones del Concilio Vaticano II, tuvo algunas dificultades interpretativas, como ahora es reconocido por parte de la gran mayoría de los pastores y de los teólogos inteligentes. Tan cierto es que, después de cuarenta años, Benedicto XVI dice que comienza ahora una verdadera interpretación del Concilio.

*

¿Qué características tendrá la parte religiosa y eclesial de la visita del Papa a San Marino en el 2011?

Habrá una celebración de la Misa en San Marino para toda la diócesis, en el estadio de Serravalle, en la mañana del 19 de junio, según el programa oficioso que poco a poco se está haciendo oficial.

*

En estos días usted ha sido objeto de la observación de un periodista, en un periódico laico, sobre la desproporción entre su personalidad – “punta de diamante” - y la diócesis que le ha sido confiada, definida “diócesis de opereta”.

Estoy agradecido a este periodista por los elogios, un poco inmerecidos, que me ha hecho, no sólo en este caso sino también en otros momentos. En los tortuosos caminos que terminan en la provisión de una determinada iglesia particular, o bien de una responsabilidad también central en la conducción de la Iglesia, nadie, y menos yo, es tan ingenuo como para no saber que hay movimientos, contra-movimientos, reacciones, contra-reacciones, intereses, que tienen un gran peso. Yo mismo escribí algo sobre el carrerismo en mi columna “Opportune et importune” en Studi Cattolici, por eso toda esta fenomenología de una presencia de actitudes políticas no me resulta tan excepcional o escandalosa. Yo soy de aquella generación de sacerdotes y de obispos que considera que, de todos modos, finalmente, y sobre todas estas corrientes, contra-corrientes, amistades, vetos cruzados, está la voluntad de Dios interpretada por el Santo Padre. Cuando el Santo Padre te llama, puedes estar seguro de que es Dios quien te llama, y si te llama a aquella realidad a la que te llama, es porque Dios considera que es lo mejor para ti en aquel momento. Es con este estado de ánimo, muy abandonado a la voluntad de Dios y muy alegre, que yo soy obispo de una diócesis definida “de opereta” por alguno; pero creo haber llevado esta diócesis a una presencia y una visibilidad en el contexto eclesial y social italiano, y no sólo.

*

Por otra parte, muchos nombramientos van a personas no siempre a la altura de las responsabilidades a ellos confiadas, un problema grave hoy, cuando la Iglesia debería dar el máximo en la propuesta cultural y pastoral. Excelencia, ¿no cree que esto es un freno o un impedimento para la misión de la Iglesia?

Pero aquí monseñor Negri no responde y cierra el diálogo. Me mira profundamente con sus ojos claros y hace silencio. Es el día de santa Lucía, la tarde está por ceder a la “noche más larga”. En Domagnano descienden los primeros copos de nieve. En cambio más arriba, en Rímini, todo se funde en agua.



Tomado de: http://infocatolica.com/blog/buhardilla.php/1012280639-mons-negri-el-papa-esta-siend#comments


viernes, 4 de marzo de 2011

LAS CUALIDADES DEL RITO TRADICIONAL DE LA MISA

MISA DE SAN PÍO V: SU RIQUEZA LITÚRGICA Y SU REHABILITACIÓN ACTUAL

R.P.Brian Moore

Conferencia a los padres de la Hermandad Cura Brochero
(La Falda, Córdoba, 2008)



I-CONSIDERANDOS PREVIOS

1. Importancia de la liturgia. El Concilio Vaticano II dice: “La liturgia es la cumbre a la tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza”
“Toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia” (Sacrosantum Concilium)

Ahora bien, la Santa Misa es la cúspide y el centro de ese corazón de la Iglesia. Por eso es fundamental estudiar con detenimiento y amor lo que hace referencia a ella. Y esto lo digo porque ha existido siempre una cierta negligencia el estudio de esta materia.
A algunos le interesan las cuestiones dogmáticas, a otras las morales, etc. Y sin embargo, nuestro principal encargo es ser liturgos. Somos liturgos de profesión.

2. De hecho el Papa dice que existe una gran ignorancia en esta materia.
“La formación litúrgica actual de los sacerdotes y de los laicos tiene un déficit que causa tristeza”

3. Dificultad en discutir cuestiones litúrgicas. No es lo mismo que cuestiones dogmáticas o morales. No hay margen de discusión respecto a cuántas Personas hay en Dios…

II- EL POR QUÉ DEL MOTU PROPIO

Según el pensamiento del Papa existen motivos de caridad, de justicia y de conveniencia.

a- Motivo de caridad: el Papa ha querido allanar el camino para una reconciliación definitiva con los grupos tradicionalistas. Así lo dice explícitamente en el Motu Proprio
b- Motivo de justicia: declarar públicamente que el rito tradicional nunca fue abolido . Digo motivo de justicia para aquellos que durante años han afirmado que el rito estaba vigente y fueron sistemáticamente desmentidos y perseguidos por muchos jerarcas de la Iglesia. En efecto, dice el Papa: “Quisiera llamar la atención sobre el hecho de que este Misal nunca ha sido jurídicamente abrogado y, por consiguiente, en principio, ha quedado siempre permitido” (M.P.)

Lo mismo ha afirmado Mons.Malcolm Ranjith, Secretario de la Congregación del Culto Divino: “El rito tridentino hace parte de la tradición de la Iglesia. El Papa ha explicado debidamente las razones de su medida, un acto de libertad y de justicia hacia los tradicionalistas”

Si no fue abolido, con más razón en estos días se exige una actitud de apertura y me refiero sobre todo a los obispos. Aun los mejores han hecho prevalecer su criterio al mandato del Papa.

Lo dice claramente Mons.Ranjith en una entrevista (con Bruno Volpe) :

-Excelencia, ¿Que acogida ha tenido el Motu Proprio de Benedicto XVI que ha liberalizado la Santa Misa según el rito tridentino? Algunos, en el seno de la Iglesia, han respingado sus narices ...

-“Ha habido reacciones positivas e, inútil negarlo, criticas y toma de posiciones contrarias, también de parte de teólogos, liturgistas, sacerdotes, Obispos y aún Cardenales. Francamente, no comprendo esta forma de alejamiento y, ¿por qué no?, de rebelión al Papa. Invito a todos, sobretodo a los pastores, a obedecer al Papa, que es el sucesor de Pedro. Los obispos en particular, han jurado fidelidad al Pontífice: sean coherentes y fieles a su compromiso”.

-En su opinión, ¿qué causa estas manifestaciones contrarias al Motu Proprio?

“Usted sabe que ha habido, de parte de algunas Diócesis, también documentos interpretativos que intentan inexplicablemente limitar el Motu Proprio del Papa. Dentro de éstas acciones se esconden por una parte prejuicios de tipo ideológico y por la otra, el orgullo, uno de los pecados más graves. Repito: invito a todos a obedecer al Papa. Si el Santo Padre ha resuelto promulgar el Motu Proprio, ha tenido sus razones, las cuales comparto en pleno”.

-Volviendo al Motu Proprio: algunos critican el uso del latín durante la Misa ...

“El rito tridentino hace parte de la tradición de la Iglesia. El Papa ha explicado debidamente las razones de su medida, un acto de libertad y de justicia hacia los tradicionalistas. En cuanto al latín, deseo delinear que no ha estado abolido, y lo que es más, garantiza la universalidad de la Iglesia. Pero repito: invito a los sacerdotes, Obispos y cardenales a la obediencia, dejando aparte todo tipo de orgullo y prejuicio”.

Cf. Otros textos en el Apéndice


c- Motivo de convenencia: servir de puente para una futura reforma. El Papa ha hablado más de una vez sobre la necesidad de “una reforma de la reforma” y su deseo de un rito que implique entonces la estructura del rito tradicional con los aportes y retoques necesarios.
“Pero creo que en lo futuro no deberá tener más que un solo rito; la existencia de dos ritos es difícilmente “manejable” para los obispos y sacerdotes. El rito romano del futuro deberá ser un solo rito, celebrado en latín o en lengua vulgar, pero basado enteramente en la tradición del rito antiguo. Podrá integrar algunos nuevos elementos que han hecho sus pruebas, algunos prefacios, lecturas más amplias –más posibilidades que antes, pero no mucho- una “Oratio fidelium”, es decir, una letanía de oraciones de intercesión después del ‘Oremus’ anterior al Ofertorio, donde estaba su lugar primitivo”
(Carta del 23 de junio de 2003 del cardenal Ratzinger a Heinz-Lothar Barth, reputado autor teológico, doctor ès lettres y maestro de conferencias en la cátedra de escritos clásicos de la Universidad de Bonn)




III- RIQUEZAS DEL RITO TRADICIONAL

El tema del rito tradicional de la Misa no puede desligarse del tema de la lengua sagrada y la música sacra. Sobre ellos también diremos dos palabras.

Vamos a desarrollar los siguientes puntos:
1. Antigüedad
2. Carácter sagrado
3. El rito y el dogma eucarístico
4. La música sagrada
5. La lengua sagrada


1. Antigüedad
La Iglesia Católica es por esencia Tradición. Ahora bien, el rito de San Pío V nos pone en contacto con cientos de generaciones de cristianos que asistieron a este rito; de santos sacerdotes que lo celebraron.
La liturgia debe ser signo de unidad en el tiempo y en el espacio. El rito tradicional unía con los ancestros y con los vivientes sobre la faz de la tierra, porque era exactamente el mismo rito en todas partes.
Dice Klaus Gamber: “El rito romano remonta en sus partes más importantes por lo menos al siglo V, y más precisamente al Papa San Dámaso (366-384). El Canon Missae, aparte de algunos retoques efectuados por San Gregorio I (590-604), había alcanzado con San Gelasio (492-496) la forma que ha conservado hasta ayer. La única cosa sobre la cual los Romanos Pontífices no cesaron de insistir desde el s.V en adelante, fue la importancia para todos de adoptar el Canon Missae Romanae, dado que dicho Canon se remonta nada menos que al mismo Apóstol Pedro”

- Las lecturas en el rito tradicional:
De su estudio se deducen dos verdades fundamentales:
La antigüedad e inmutabilidad de nuestra liturgia: hace 13 siglos que se vienen leyendo las mismas Epístolas.

“La ley fundamental de la disciplina cultual de la Iglesia Romana, dice Dom Beauduin, es el mantener la tradición, el respeto religioso de la antigüedad; este instinto de la inmutabilidad la preserva del espíritu de novedad y la mantiene igual a sí misma, no porque condene sin más todo cambio y progreso, pero sabe ella que es más fácil innovar que mantener”

“Uno se pregunta que habría ocurrido con nuestra liturgia si hubiera sido abandonada a los caprichos antitradicionales de tantos de nuestros contemporáneos animados de un celo más pío que ilustrado” (Esto escribía Croegaert en 1948…)

2. Carácter sagrado

¿Qué es lo que ve un fiel al asistir a la Misa tradicional y que implica lo que ve?

2.1. La estructura del templo (Los templos se construyeron para la Misa)
La arquitectura sagrada está relacionada con el culto. Simbolismo.

a)- Un lugar aislado: el presbiterio, exclusivo del sacerdote y ministros. Jamás se ve allí a un laico, porque es el “Sancta Sanctorum”.
b)- El altar en un lugar elevado: el sacerdote sube después de haberse preparado: “Introibo ad altare Dei”
*Sube a la montaña santa; se aparta del mundo, de lo profano, va al encuentro de Dios
* No está al mismo nivel que los fieles

c)- Ve al sacerdote “de espaldas”
El sacerdote no tiene rostro, queda desdibujado cuando va a realizar el sacrificio; su personita ya no importa porque va a obrar “in persona Christi”. El fiel no se distrae con sus gestos y sus defectos; con sus torpezas y lindezas…

Como sabemos el motivo de dicha postura no es el que sacerdote busque estar así, sino que es consecuencia de la orientación para la oración. Esta ley de rezar mirando a Oriente es de los tiempos apostólicos. No solo se da en el marco de la liturgia, sino también en la oración privada: los fieles pintaban una cruz en el muro oriental y rezaban mirando hacia allí.
La arquitectura sagrada entonces reflejará esa idea construyendo el ábside en el oriente. Es una ley inmutable desde la antigüedad y durante siglos. Emile Mâle dice que entre los s.XI y XVI no hay casi excepciones.
Uds. Conocerán el famoso libro de Gamber. Pero otros han escrito antes sobre el tema, como, p.ej, Jean Fournée: “La Misa cara a Dios” y el mismo Jungmann habla sobre ello su famosa obra la Misa
El Papa es un firme defensor de la orientación “No se trata aquí de lago accidental sino de algo esencial” (p.103)
“Hay algo que siempre estuvo claro en toda la Cristiandad hasta bien entrado el segundo milenio: la orientación de la oración hacia el oriente es una tradición que se remonta a los orígenes y es la expresión fundamental de la síntesis cristiana de cosmos e historia, del arraigo en la unicidad de la historia de la salvación, de salir al encuentro del Señor que viene. En ella se expresa, tanto la fidelidad a lo que hemos recibido, como la dinámica de lo que hay que hacer” (p.97)

Les dejo a uds. el trabajo de leer los libros citados
Solamente recuerdo brevemente qué significa mirar a oriente:
- Sol como símbolo de Cristo, sol de Justicia y del mismo Dios. El sol es la conditio sine qua non de la vida en la tierra. Es luz…calor…
- En Oriente está el Paraíso. Hacia él camina la Iglesia. El sacerdote va al frente como nuevo Moisés.
- Por Oriente vendrá Cristo en la Parusía. Y allí se verá la “señal del Hijo del Hombre”. Por eso en lo alto del ábside se pintaba la cruz gloriosa…

2.2. Las vestiduras sagradas. Jamás se verá a un celebrante sin su casulla…

2.3. El carácter hierático de los gestos del celebrante y los ministros. El celebrante no improvisa la acción, porque la acción lo trasciende infinitambente; su persona se desdibuja para que se vea claramente que, en definitiva, es Cristo quien celebra.

Dice el Papa: “La litugia no es un show, no es un espectáculo que necesite directores geniales y actores de talento. La liturgia no vive de sorpresas simpáticas, de ocurrencias cautivadoras, sino de repeticiones solemnes. No debe expresar la actualidad, el momento efímero, sino el misterio de lo sagrado”. Consecuencia de esta concepción: “Muchos han pensado y dicho que la liturgia debe ser hecha por toda la comunidad para que sea verdaderamente suya. Es ésta una visión que ha llevado a medir el resultado de la liturgia en términos de eficacia espectacular, de entretenimiento. De este modo se ha diluido lo propio de la liturgia: no proviene de lo que nosotros hacemos, sino del hecho de que aquí acontece Algo que todos nosotros juntos somos incapaces de hacer” (Informe sobre la fe, p.139)

2.4. El orden, la jerarquía y la armonía de los diversos movimientos prescriptos en las rúbricas. El papel que le cabe al sacerdote, diácono, subdiácono…

2.5. La lengua sagrada. El hecho de que se emplee una lengua que es la hablada en la vida cotidiana, permite comprender que allí está ocurriendo algo que no es de este mundo (ver más abajo)

2.6. El canto y la música sagrados (ver más abajo)


2.7. El SILENCIO = MISTERIO

Sobre todo en el Canon
“Con disgusto de muchos liturgistas, en 1978 sostuve que no se ha dicho (en absoluto), que el Canon haya que recitarlo en voz alta. Después de haber reflexionado, quiero volver a repetirlo una vez más con insistencia, con la esperanza de que, después de veinte años esta tesis encuentre un poco más de comprensión…
…Pero, por lo que yo puedo ver, continúan negando la posibilidad de que también el silencio y precisamente el silencio, pueda contribuir a crear comunión ante Dios”

Y el Papa (entonces Cardenal) refutaba la falsa dicotomía: participación activa / silencio.
“Este concepto nobilísimo (el de la participación activa) ha sufrido una restricción fatal en las interpretaciones postconciliares. Se ha llegado a creer que sólo se daba ‘participación activa’ allí donde tenía lugar una actividad exterior, verificable: discursos, palabras, cánticos, homilías, lecturas, estrechamiento de manos…Pero se ha olvidado que el Concilio, por actuosa participatio, entiende también el silencio, que permite una participación verdaderamente profunda y personal, abriéndonos a la escucha interior de la Palabra del Señor” (Informe sobre la fe, p.140)


2.8. DE RODILLAS (Y GENUFLEXIÓN) = ADORACIÓN

“Existen ámbitos, no poco influyentes, que intentan convecernos de que no hay necesidad de arrodillarse” (p.209)

“Puede ser que la cultura moderna no comprenda el gesto de arrodillarse, en la medida en que es una cultura que se ha alejado de la fe, y no conoce ya a Aquel ante el cual es el gesto adecuado, es más, interiormente necesario. Quien aprende a creer, aprende también a arrodillarse. Una fe o una liturgia que no conociese el acto de arrodillarse estaría enferma en un punto central. Allí donde ese gesto se haya perdido, hay que volver a aprenderlo, para permanecer con nuestra oración en comunión con los apóstoles y mártires, en comunión con todo el cosmos y en unidad con Jesucristo mismo” (p.219)

San Pablo nos dice que al nombre de Jesús toda rodilla se dobla (debe doblarse), hasta en los Infiernos (Fil.2, 6-11)


3. EL RITO Y EL DOGMA EUCARÍSTICO

3.1. LA MISA ES UN SACRIFICIO
Y sacrificio propiciatorio
* Se ve claramente ya en el Ofertorio…
* La presencia de la cruz sobre el altar y la obligación del sacerdote de mirar hacia ella en varias ocasiones recuerda esta unión entre el altar y la cruz
* También las bendiciones que se repiten abundantemente a lo largo del rito, aun después de la consagración
* El detalle tipográfico de los misales, al comenzar el Canon: “Te igitur…” se estila dibujar una Tau en forma de cruz
* La obligación de colocar reliquias de mártires en el altar…

NOTA sobre el “Pro multis” (polloi)
Dice el Catecismo Romano: “Cuando dijo pro vobis, dio a entender a los que estaban presentes o a los escogidos del pueblo judío, cuáles eran sus discípulos, excepto Judas, con los cuales estaba hablando. Y cuando añadió pro multis quiso se entendieran los demás elegidos de entre los judíos o los gentiles. Perfectamente, pues, obró no diciendo pro omnibus (por todos), ya que entonces sólo hablaba de los frutos de la Pasión, la cual sólo para los escogidos produce frutos de salvación” (II, cap.IV, n.24)

Frente a un texto tan claro, el cambio de las palabras de la consagración que tuvo lugar en su momento, no puede ser fruto más que de una malsana teología…

Diversos ritos orientales dicen también “por muchos” y no “por todos. Ej: el rito greco-bizantino, el copto, el maronita, el armenio, el siríaco.

3.2. CRISTO ESTÁ REALMENTE PRESENTE EN LA HOSTIA

* Tres manteles: por respecto a la sangre de Cristo. Si se derrama será absorbida por ellos y luego se los purificará debidamente.
El mantel se hace de lino en memoria de la Sábana Santa que envolvió el sacratísmo Cuerpo de N.S.
* Genuflexión inmediatamente después de consagrar
* Los dedos permanecen unidos después de haber consagrado
* El comulgar de rodillas
* El uso de la patena
* La forma de hacer las purificaciones – recoger partículas del corporal



3.3. EL CELEBRANTE ES EL PRESBÍTERO

* Misa “en privado”, solo: no hay problema (en principio tiene que haber un acólito que representa a toda la comunidad eclesial)
* Ya hablamos de las vestiduras y posturas del sacerdote
* Los gestos propios de él
* Canon en silencio. El sacerdote ha ingresado al Sancta Sanctorum



4. MÚSICA SACRA

“La música sacra es en sí misma liturgia, no simple accesorio”. Es decir, lo normal sería la Misa cantada.
La Schola tiene una función ministerial (no es para dilettantes…)

La música tiene que tener las mismas características de la liturgia católica: sacralidad, orden, belleza, universalidad
Son, en efecto, las cualidades que San Pío X señala en toda música sagrada:
- santidad: no profana
- bondad de formas: belleza
- universalidad: catolicidad

Se dan sobre todo en el canto gregoriano, modelo de todo canto sagrado

Hablando de la Misa de difuntos Gounod dijo que ningún músico puede componer algo más bello
Y Mozart ofrecía toda su gloria a cambio de la autoría del Prefacio de nuestra Misa gregoriana.

Benedicto nos dice que la verdadera liturgia es el medio por antonomasia de hacer apologética, porque la Verdad se reviste de Belleza sobrenatural
“La única apología verdadera del cristianismo puede reducirse a dos argumentos: los santos que la Iglesia ha elevado a los altares y el arte que ha surgido de su seno. El Señor se hace creíble por la grandeza sublime de la santidad y por la magnificencia del arte desplegadas en le interior de la comunidad creyente, más que por los astutos subterfugios que la apologética ha elaborado…”
Ej: la conversión de los bárbaros (San Agustín entre los ingleses; San Bonifacio; Carlomagno…)

Todo muy lindo…Pero no se puede pretender que el común de los cristianos pueda estar preparado para comprender dicha música.
Respuesta: “Lo que en realidad han hecho muchos liturgistas es dejar a un lado este tesoro, declarándolo accesible a pocos y abandonarlo en nombre de la comprensibilidad para todos y en todo momento de la liturgia postconciliar”
Ahora bien, esa incapacidad de nuestros contemporáneos ¿es algo inevitable o está vinculada a una decadencia cultural y espiritual? El Papa dice que se puede dar sobre todo en los jóvenes “cuya sensibilidad acústica se ha atrofiado a partir de los años sesenta por la influencia de la música rock y de otros productos afines”
Nosotros queremos decir que esta imposibilidad de llegar al común de los fieles es ficticia.
“La experiencia ha demostrado que el atenerse únicamente a la categoría de lo comprensible para todos no ha conseguido que la liturgia fuera verdaderamente más comprensible, más abierta, sino más pobre. La liturgia simple no significa liturgia mísera o barata; hay una simplicidad que viene de lo vulgar y otra que proviene de la riqueza espiritual, cultural e histórica”


5. LA LENGUA SAGRADA

Nuestro marco de referencia será la Constitución Apostólica “Veterum Sapientia”, del Papa Juan XXIII.
En dicho documento se hallan los argumentos fundamentales acerca de la cuestión que estamos tratando.
Y creemos que pueden reducirse a tres:
1. El latín fue la lengua hablada por el Imperio que Dios preparó para la venida de su Hijo.
2. La lengua forjada por los creadores de ese Imperio es una lengua digna de la Iglesia.
3. Es una lengua connatural a la Iglesia.

Por eso desarrollaremos a continuación tres items:
A)- La lengua del Imperio
B)- Cualidades del latín
C)- El latín, lengua católica


A)- LA LENGUA DEL IMPERIO

1. El Papa comienza estableciendo un postulado de teología de la historia: el Imperio romano fue querido por Dios como lugar y momento histórico para la Encarnación del Verbo. Es la “plenitud de los tiempos” de la que habla san Pablo, y los Padres de la Iglesia. Así por ej. San León Magno: “En efecto, convenía sobremanera a la obra dispuesta por la mano divina que muchos reinos fueran unidos en federación en un solo Imperio, de modo que la predicación universal pudiera así extenderse a los pueblos regidos por un solo gobierno”.

Conforme a ello, dice Juan XXIII que el latín “fue el aureo ropaje de la sabiduría misma”, que la iglesia acogió con veneración; “no sin especial providencia de Dios…, llegó a ser la lengua propia de la Sede Apostólica”; y luego “admirable instrumento para la propagación del cristianismo en Occidente”.


B)- CUALIDADES DEL LATÍN

1. El latín es una lengua que encierra ciertas nobles cualidades que la hacen digna de ser empleada por la Iglesia de Cristo.
Juan XXIII la llama “tesoro de valor incomparable”, y dice “tiene una conformación propia, noble y característica; un estilo conciso, variado, armonioso, lleno de majestad y de dignidad, que conviene de modo singular a la claridad y a la gravedad”.

C)- EL LATÍN, LENGUA CATÓLICA

1- Lengua UNIVERSAL

1. “Católico” quiere decir justamente universal. El Papa explica cómo siendo jefe de todas las iglesias del mundo, debe disponer de una lengua que le permita comunicarse con todas las regiones de su reino. Evidentemente no puede utilizar una lengua romance, con preferencia a las otras, porque es Padre común, no de un solo pueblo; y porque se necesita una lengua precisa, que sea punto de referencia para el conocimiento de los documentos emanados de la Santa Sede, sin posibilidad de desvirtuar el sentido de los textos.

Además esta lengua común permite que el culto sea el mismo en Europa que en América; en Asia que en Africa. En la época en que vivimos, en que tanta gente viaja, se hace evidente la ventaja inmensa que reporta a los fieles el que la Santa Misa se diga en la misma lengua en cualquier parte del mundo. Hoy en día un fiel que desconoce el idioma del país que visita no puede seguir la Misa (aun cuando hubiere unidad de rito en la Iglesia actual). En cambio, un fiel con su misal puede seguir fácilmente cada oración de la Misa, al tener frente a su vista el texto en la lengua de todos los pueblos (“católica”) y la de su propio pueblo.

2- Lengua INMUTABLE

1. “No tan sólo universal sino también immutable debe ser la lengua usada por la Iglesia. Porque si las verdades de la Iglesia Católica fueran encomendadas a algunas o a muchas de las mudables lenguas modernas…, acontecería que, varias como son, no a muchas sería manifiesto con suficiente precisión y claridad el sentido de tales verdades, y por otra parte, no habría ninguna lengua que sirviera de norma común y constante, sobre la cual tener que regular el exacto sentido de las demás lenguas. Pues bien, la lengua latina, ya desde hace siglos sustraída a las variaciones de significado que el uso cotidiano suele introducir en los vocablos, debe considerarse fija e invariable, ya que los nuevos significados de algunas palabras latinas, exigidos por el desarrollo, por la explicación y defensa de las verdades cristianas, han sido desde hace tiempo determinados en forma estable.” Y por eso el latín “es una puerta que pone en contacto directo con las verdades cristianas transmitidas por la tradición y con los documentos de la enseñanza de la Iglesia”, y “un vínculo eficacísimo que une en admirable e inalterable continuidad a la Iglesia de hoy con la de ayer y mañana”. (Veterum Sapientia)

2. Esta inmutabilidad del latín, es entonces un “antídoto eficaz contra toda corrupción de la pura doctrina” (Pío XII). Ello se hace evidente en esta época post-conciliar, en que se han empleado y se emplean traducciones inverosílimes en liturgia y Sagrada Escritura. Cuando no se trata de textos forjados por la mente febril de cualquier mercachifle de religión. Lo de “Traductor, traidor”, se aplica de una manera eminente cuando se trata de un lenguaje que busca expresar las realidades más sublimes.


3- Lengua NO POPULAR

1. Es decir, que la Iglesia no puede utilizar , especialmente en su culto, el lenguaje del “hombre de la calle”. Porque la Iglesia habla a Dios, y habla de Dios.
“En todas partes –dice la gran filóloga holandesa Christine Mohrmann- donde el hombre toca a las cosas divinas, su lenguaje se aleja del lenguaje corriente; su lenguaje es santificado, por decirlo de alguna manera, por el contacto con lo divino. Ahora bien, la concepción de que existe una lengua sagrada, una lengua divina, se encuentra en muchos pueblos”. Y luego de dar algunos ejemplos hace


CONCLUSIÓN

La mejor manera de comprender las riquezas y beneficios espirituales que encierra este rito venerable, es hacer la experiencia de celebrarlo durante un tiempo.
Veremos como nos ayuda a comprender las palabras de San Agustín:
“Yo me animo a decir que Dios, aun siendo omnipotente, más no pudo dar; siendo sapientísimo, no supo dar más; y siendo riquísimo, no tuvo más que dar” (Tract.84 in Joan.)


APÉNDICE

Declaraciones de Mons. Malcolm Ranjith,
Secretario de la Congregación del Culto Divino:
"Fe, obediencia y teología"

"El Motu Proprio Summorum Pontificum sobre la Liturgia Latina del 7 de julio del 2007 es fruto de una profunda reflexión de nuestro Papa sobre la misión de la Iglesia. No nos toca a nosotros, los que usamos la púrpura eclesiástica, cuestionar esto, desobedecer y anular el motu propio con nuestras pequeñas "reglitas". Ni siquiera si fueron hechas por Conferencias Episcopales. Ni siquiera los obispos tienen ese derecho. Lo que el Santo Padre dice debe ser obedecido en la Iglesia. Si no seguimos ese principio, estaremos permitiendo que nada más ni nada menos que el Demonio nos utilice como sus instrumentos. Esto conduciría a discordia en la Iglesia y entorpecería su misión. No tenemos tiempo que perder. De lo contrario estaríamos comportándonos como el emperador Nerón, tocando el violín mientras Roma arde. Las iglesias se están vaciando, no hay vocaciones, los seminarios están vacíos. Los sacerdotes envejecen y los curas jóvenes, escasean."

Subrayados nuestros.
Traducción de El Sacristan Serrano Blog
Fuente: Artículo reproducido por WDTPRS Blog

A kind reader sent me this fascinating excerpt from a talk given by His Excellency Most Rev. Malcolm Ranjith, Secretary of the Congregation for Divine Worship and Discipline of the Sacraments.

The talk was entitled “Faith, Obedience and Theology” and was delivered at the annual meeting of the Dutch Latin Liturgy Association (Vereniging voor Latijnse Liturgie) in ’s-Hertogenbosch (The Netherlands) on 6 October 2007. He gave the talk in English, but the person who sent it to me translated it from Dutch. So, it probably varies a little from the original English, which perhaps someone out there can dig up for us.


Cardenal Ratzinger: los devotos de la misa de San Pío V, tratados como leprosos.

"También es importante para la correcta concienciación en asuntos litúrgicos que concluya de una vez la proscripción de la liturgia válida hasta 1970. Quien hoy aboga por la perduración de esa liturgia o participa en ella es tratado como un leproso; aquí termina la tolerancia. A lo largo de la historia nunca ha habido nada igual, esto implica proscribir también todo el pasado de la Iglesia. Y de ser así, ¿cómo confiar en su presente? Francamente, yo tampoco entiendo por qué muchos de mis hermanos obispos se someten a esta exigencia de intolerancia que, sin ningún motivo razonable, se opone a la necesaria reconciliación interna de la Iglesia".

(Joseph Ratzinger, "Dios y el mundo", editorial Sudamericana, mayo 2005, págs. 393-394. La traducción al francés dice "leprosos" en lugar de "apestados" - "Voici quel est notre Dieu", pág. 291. Publication: 3/5/2005. Editeur : Plon
Publication :3/5/2005. Paris. ISBN : 2259202985 324 pages).