Este blog está dedicado especialmente a la Misa mal llamada "tridentina" o de "San Pío V", la Misa de siempre. Como así también a diversos aspectos de la santa liturgia
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lunes, 15 de octubre de 2012
miércoles, 10 de octubre de 2012
LITURGIA Y FE
LITURGIA Y FE[1]
“Lex
orandi, lex credendi”
P. Brian
Moore
Después de una breve introducción sobre le concepto de liturgia y su importancia, vamos a dividir la conferencia en tres puntos:
-
La liturgia como fuente y manifestación de la fe
-
Hasta qué punto lo es
-
La liturgia como instrumento de la heterodoxia
1. Introducción.
Qué es liturgia y su importancia
1.1. La
necesidad de tratar este tema se entiende a la luz de las palabras del Santo
Padre al convocar a este Año de la fe: “Sin la liturgia y los
sacramentos, la profesión de fe no tendría eficacia, pues carecería de la
gracia que sostiene el testimonio de los cristianos” (Porta fidei, n. 11).
“Estoy convencido de que la crisis eclesial en
la que nos encontramos hoy depende en gran parte del hundimiento de la liturgia…”
(Ratzinger, “Mi vida”)
1.2. ¿Qué
es liturgia?
1.2.1. “La
liturgia es el culto oficial de la Iglesia” (c.1256, Cód.1917)
¿Qué
elementos comprende?
a- La Santa Misa, es decir, el Sacrificio
b- Los siete sacramentos
c- Los sacramentales
d- El Oficio divino
Y unidos a estos elementos debemos
considerar:
-
El espacio sagrado donde normalmente se celebran, es decir, el
templo
-
El tiempo que se santifica con dichas ceremonias: año litúrgico
-
La lengua sagrada que se emplea, es decir, el latín
-
El canto que realza y embellece la celebración, en particular el
canto gregoriano
1.2.2.
Ahora bien, dijimos que la liturgia es culto
Culto = conjunto de actos de religión con los cuales el hombre honra a Dios, reconociéndolo como
Principio y Fin de todas las creaturas, y por lo tanto Señor absoluto de todas
ellas.
Religión: es una virtud que
inclina a la voluntad a dar a Dios el culto que le es debido.
En
cierta manera religión = culto; la religión --- virtud; culto --- actos;
religión en acción.
Pero la
virtud de religión tiene una dignidad especial, una cierta preeminencia sobre
las demás virtudes morales. ¿Por qué? Porque nos une directamente a Dios, de
manera similar a las virtudes teologales. De allí entonces un primer contacto
entre la liturgia y la fe.[2]
La
liturgia es el ámbito principal en el que se ejerce la virtud de religión.
“Es
claro que el acto de fe pertenece
materialmente a la religión, como también los actos de las otras virtudes;
incluso allí pertenece más, que el acto de fe es el primer movimiento de la
mente hacia Dios…Además, la fe tiene relación con la religión en cuanto que la
fe es causa y el principio de la religión. Nadie, en efecto, daría culto a
Dios, si no creyese que Dios es creador, providente y remunerador de los actos
humanos”.[3]
2. LA LITURGIA COMO MANIFESTACIÓN DE LA FE
2.1. “Lex
orandi…”: El modo con que se ora en la liturgia indica lo que se ha de creer
(porque en la fe se basan las acciones y palabras que emplea la liturgia)
¿De
dónde proviene esta frase?
De un
documento del s.V llamado “Indiculus de Gratia Dei”[4],
redactado posiblemente por San Próspero de Aquitania. Y se trata de una
compilación de documentos magisteriales en contra de los pelagianos y
semipelagianos, sobre la cuestión de la gracia.
En un
pasaje se utiliza la liturgia para demostrar la necesidad de la gracia preveniente
para poder llegar a creer. Se dice que todos los obispos rezan ciertas
oraciones para suplicar la fe para los incrédulos, los herejes, los cismáticos,
etc, “las cuales, transmitidas por los apóstoles, se recitan de igual modo
en…toda la Iglesia católica, a fin de que el modo obligatorio de orar determine
el modo obligatorio de creer…” (“ut legem credendi lex statuat supplicandi”)
Así que
de esta aplicación particular al tema de la gracia, se extendió el principio de
la liturgia como manifestación de la fe al conjunto de la liturgia.
San Próspero de Aquitania
2.2.
Pero este apotegma puede tener dos sentidos, igualmente importantes:
2.1. La liturgia presupone y manifiesta
la fe
2.2. La liturgia precede a la
explicación de la fe
2.2.1. La liturgia presupone y manifiesta la fe
Pero no
es fácil determinar por la sola liturgia que sea de fe y que no. Después
veremos algunos criterios.
Si en el
Magisterio ordinario es complicado precisar el grado de autoridad de un texto,
con más razón en la liturgia.
Ej:
- La cláusula final de las oraciones:
al “Per Christum Dominum nostrum” se agregó: “…qui tecum vivit et regnat…Deus
per omnia saecula saeculorum” en contra de los arrianos …
- En contra de los pelagianos: “Deus in
adiutorium meum intende…”
Por el
contrario los herejes de todos los tiempos alteraron la liturgia para
conformarla con sus ideas (protestantes, anglicanos, jansenistas, etc) (Este
tema lo veremos más abajo)
P.ej:
los monofisitas armenios suprimieron el rito de echar la gota de agua al vino
en la Misa que significa la unión de las naturalezas divina y humana en la sola
persona de Cristo.
2.2.2. La liturgia precede a la explicación de
la fe
Queremos
decir que a través de la liturgia puede llegar a obtenerse la convicción de una
verdad de fe que todavía no ha sido proclamada como dogma.
Esa
convicción tendría lugar al modo de un instinto divino, propio del pueblo fiel
(“sensus fidelium”) Santo Tomás hablando de los motivos que llevan a alguno a
creer pone motivos externos e internos:
- los milagros
- el instinto interior, el impulso
sobrenatural
“El que
cree tiene los motivos suficientes que inducen a creer. En efecto, es inducido
a ello por la autoridad de la doctrina divina confirmada por los milagros y por
aquello que más cuenta (et quod plus est) por el instinto interior por el que
Dios le invita. Por eso no cree a la ligera, ya que tiene motivos suficientes
para creer”. (Suma II-II, q.2, a.9 ad 3)
La
liturgia sería entonces el ámbito donde el fiel conoce una verdad aun no
definida pero que para él –por ese instinto divino- pertenece al depósito de la
Revelación, aun cuando él no pueda defender racionalmente su postura.[5]
“…En la
Iglesia, entre muchos fieles y miembros de la jerarquía, puede llegar a
formarse poco a poco un estado de persuasión y de certeza privada bastante
general…en torno al hecho de que una verdad todavía no propuesta como dogma por
la Iglesia está verdaderamente contenida en la revelación pública” (Vagaggini,
p.504)
Ejemplos
de ello han sido el dogma de la Inmaculada Concepción y la Asunción.
Por todo lo dicho, la liturgia es un canal
privilegiado del Magisterio de la Iglesia
3. La liturgia es el canal principal del
Magisterio
Pío XI, en Audiencia privada: “La liturgia…es el
órgano más importante del magisterio ordinario de la Iglesia…La liturgia no es
la didascalia de uno u otro individuo, sino la didascalia de la Iglesia”[6]
En Quas Primas habla de la eficacia
educativa de la liturgia:
-
Porque llega en un lenguaje más sencillo que un
documento y a más personas
-
Porque la enseñanza se repite cada año
“Para
penetrar el pueblo de la fe y de elevarlo de este modo a los gozos de la vida
interior, la celebración anual de los sagrados misterios tiene una eficacia
mucho mayor que cualquier otro documento del magisterio eclesiástico, incluso
los más solemnes. Estos documentos, por lo demás, alcanzan a pocas personas y a
las eruditas; aquellos, por el contrario, instruyen, a todos los fieles;
aquellos hablan una sola vez; éstos, por decirlo así, cada año, perpetuamente,
y se dirigen a todo el hombre” (AAS 17)
Pío XI, Divini Cultus: “Y
verdaderamente es cosa sagrada la liturgia, no sólo como elevación y unión de
las almas hasta Dios, sino también como testimonio
de nuestra fe y la estrechísima deuda que con Dios tenemos por los
beneficios recibidos y de los cuales siempre necesitamos.
De aquí la íntima unión que hay entre el
dogma y la liturgia, lo mismo que entre el culto cristiano y la
santificación del pueblo. Por eso Celestino I enseñaba ya que el canon de la fe
se hallaba expreso en las venerandas fórmulas de la liturgia, y escribía: ‘Las
normas de la fe quedan establecidas por las normas de la oración. Los pastores
de la grey cristiana desempeñan la misión que se les ha encomendado, y, por
tanto, abogan ante la divina clemencia por la causa del género humano, y cuanto
piden y oran, lo hacen acompañados de los gemidos de toda la Iglesia’[7]”
Pío XII, Mediator Dei:
61. Este inconcuso derecho de la jerarquía eclesiástica se
prueba también por el hecho de que la sagrada liturgia está íntimamente unida
con aquellos principios doctrinales que la Iglesia propone como parte
integrante de verdades ciertísimas, y, por consiguiente, tiene que conformarse
a los dictámenes de la fe católica, proclamados por la autoridad del Magisterio
supremo, para tutelar la integridad de la religión por Dios revelada.
62. A este propósito, venerables hermanos, juzgamos
necesario poner en su punto una cosa que creemos que no os será desconocida:
nos referimos al error y engaño de los que han pretendido que la liturgia era
como un experimento del dogma, de tal manera que, si una de estas verdades
hubiera producido, a través de los ritos de la sagrada liturgia, frutos de
piedad y de santidad, la Iglesia hubiese tenido que aprobarla, y, en el caso
contrario, reprobarla. De ahí aquel principio: La ley de la oración es ley de
la fe (lex orandi, lex credendi).
63. No es, sin embargo, esto lo que enseña o manda la
Iglesia. El culto que ella tributa a Dios es, como breve y claramente dice San
Agustín, una continua profesión de fe católica y un ejercicio de la esperanza y
de la caridad: «Dios debe ser honrado con la fe, la esperanza y la caridad»
En la sagrada liturgia
hacemos explícita y manifiesta profesión de fe católica, no sólo con la celebración de los
misterios divinos, con la consumación del sacrificio y la administración de los
sacramentos, sino también rezando y cantando el símbolo de la fe, que es como
insignia y distintivo de los cristianos; con la lectura de otros documentos y
de las Escrituras Sagradas, escritas por inspiración del Espíritu Santo. Toda la liturgia tiene, por consiguiente,
un contenido de fe católica, en cuanto que testimonia públicamente la fe de la
Iglesia.
64. Por este motivo, cuando se ha tratado de definir un
dogma, los sumos pontífices y los concilios, recurriendo a las llamadas
«fuentes teológicas», muchas veces han deducido también argumentos de esta
sagrada disciplina; como hizo, por ejemplo, nuestro predecesor, de inmortal
memoria, Pío IX, cuando definió la Inmaculada Concepción de la Virgen María. De
la misma manera, también la Iglesia y los Santos Padres, cuando se discutía
sobre una verdad controvertida o puesta en duda, nunca han dejado de pedir luz
a los ritos venerables transmitidos por la antigüedad. Así se obtiene también
el conocido y venerado adagio: «La ley de la oración determine la ley de la fe»
( Legem credendi lex statuat supplicandi)
65. La liturgia, por consiguiente, no determina ni
constituye en sentido absoluto y por virtud propia la fe católica, sino más
bien, siendo como es una profesión de las verdades divinas, profesión sujeta al
supremo Magisterio de la Iglesia, puede proporcionar argumentos y testimonios
de no escaso valor para aclarar un punto determinado de la doctrina cristiana.
De aquí que, si queremos distinguir y determinar de manera general y absoluta
las relaciones que existen entre fe y liturgia, se puede con razón afirmar que
«la ley de la fe debe establecer la ley de la oración». Lo mismo hay que decir
también cuando se trata de las otras virtudes teologales: «En la... fe, en la
esperanza y en la caridad oramos siempre con deseo continuo»
4. DE
QUÉ MANERA MANIFIESTA LA FE
Pero el
carácter didáctico de la liturgia es secundario
y tiene modalidades propias.
4.1. Es
secundario
Porque
la liturgia busca en primer lugar el culto de Dios
La
liturgia es oración más que instrucción; culto y santificación antes que enseñanza.
4.2. Tiene
modalidades propias
La
liturgia enseña pero de manera diferente que una encíclica o un catecismo; sus
enseñanzas están insertadas y enmarcadas por oraciones, cantos y gestos. No es
una enseñanza puramente racional, sino de carácter intuitivo y poético; se
dirige más a la voluntad y los sentimientos que a la inteligencia
No
tiene un tono expositivo, sino más bien lírico o retórico. Hay que tener en
cuenta:
- La presencia constante del simbolismo
y la tipología en los textos litúrgicos
- La intención de comprometer a todo el
hombre, cuerpo y alma; de hablarle por todos los sentidos
Los
maestros de la vida espiritual nos enseñan que a medida que avanzamos en la
vida de oración cada vez se hace más simple y no hay necesidad de multiplicar
las consideraciones de tipo intelectual.
Así
dice, p.ej, Santa Teresa:
“Mas,
si la doctrina es de grande ayuda antes y después de la oración, me parece que
mientras se reza, deba ayudar bien poco, sino es para inflar la voluntad”
(Autobiografía, XV, n.66)[8]
Así obra
la liturgia, busca que el alma contemple a Dios con una simple mirada amorosa
La
liturgia está dirigida a una comunicación y penetración en las cosas divinas
más experimental que simplemente conceptual. Y la eficacia vital de la
penetración experimental es inmensamente superior a la de la comunicación
simplemente conceptual
“Medio
principal en el sentido preciso que es más vitalmente eficaz, más continuo, más
intuitivo y penetrante, más popular y universal” (Vagaggini, p.482)
5. Cómo saber qué es de fe en liturgia
5.1. Los
teólogos suelen distinguir, respecto a la infalibilidad:
a- Objeto primario: dogma y moral
b- Obj. secundario:
-
Los presupuestos filosóficos o preámbulos de la
fe
-
Las conclusiones teológicas, es decir, verdades
que se deducen de dos premisas, de las cuales tan sólo una es revelada
-
Canonización
-
Aprobación de las Reglas Ordenes religiosas
-
Derecho Canónico
-
Leyes litúrgicas
5.2. En
la liturgia podemos encontrar textos de diversa procedencia:
1-
Sagrada Escritura
2-
Tradición
3-
Magisterio, p.ej, el Credo
4-
Otras fuentes
En los
tres primeros casos no cabe duda que se implica la fe. El problema es discernir
en la otra categoría de textos
Para
eso el P. Vagaggini da cuatro
reglas:
1)- Según la autoridad que lo redactó: un texto tendrá la autoridad
doctrinal que la que tiene su autoridad en el ámbito jerárquico.
No
tiene la misma autoridad un texto redactado por un obispo que la que tiene el
Papa.
Un
obispo, tomado individualmente no es infalible.
Hay que
recordar que hasta el s.XVI la liturgia no estaba regulada desde Roma para toda
la catolicidad. Muchas cosas estaban en manos de los obispos.
Consecuencias:
a- Por
eso puede llegar a hallarse en algunos textos litúrgicos, de ciertas diócesis,
algún error o redacción defectuosa desde el punto de vista de la ortodoxia.
b- Si
existen elementos comunes a todas las liturgias, al menos por un cierto tiempo,
especialmente si ello se verifica desde la antigüedad, y si consta que, en
ellas, estos elementos son propuestos como de fe, este simple hecho demostraría
por sí solo que la cosa es realmente de fe.
Aunque
será difícil:
- demostrar por la liturgia sola que el
texto sea de fe
- la unanimidad
c-
Desde el momento de la aprobación explícita dada por el Papa a las liturgias
usadas hoy en la Iglesia, puede considerarse que están inmunes de error en fe y
costumbres
2)- En la medida que esa autoridad quiera obligar:
Un
texto tendrá la autoridad dogmática que la autoridad le quiera otorgar y
entonces los fieles darán su adhesión en distintos grados.
Como en
el magisterio en general:
- Lo que la Iglesia propone como de fe
divina y católica el fiel debe aceptarlo con fe divina y católica. P.ej: la
Asunción
- Después hay una gradación que va
desde la doctrina próxima a la fe hasta la simple opinión o piadosa tradición
P.ej:
María Medianera de todas las gracias no es aun un dogma; es una opinión
teológica (fuerte)
De
menor importancia sería, p.ej, la Presentación de la Virgen en el templo (21 de
noviembre), que es solo una piadosa tradición y que ha sido discutida por
muchos.
Las apariciones y ciertos hechos milagrosos. “Los
hechos de las fiestas que tienen por objeto supuestas apariciones, milagros no
narrados en la Escritura, revelaciones privadas o cosas semejantes, son
propuestos por la Iglesia únicamente como hechos en los cuales se puede lícita
y piadosamente creer: tales como la aparición de la Virgen en Lourdes y la
impresión de las llagas de San Francisco”
(Vagaggini, p.487)
También
la traslación de la Casa de Loreto
3)- La liturgia acompaña y manifiesta la evolución homogénea del dogma.
Esto no
significa que el dogma cambie (modernismo), sino que se explicita por labor de
los teólogos y del Magisterio
En general
podemos notar cómo las disputas dogmáticas de los s.IV-VIII: trinitarias,
cristológicas, mariológicas, en torno a la gracia y a las imágenes, han dejado
sus huellas en la liturgia.
Demos
algunos ejemplos:
- La
fiesta de la Inmaculada Concepción en el s.XII, que existía en algunas
diócesis, no tenía el mismo valor doctrinal que tuvo a comienzos del s.XIX
(cuando ya no había casi discrepancias entre los teólogos) y menos aun después
de haberse proclamado el dogma (1854)
- La
rúbrica que suponía que el vino podía consagrarse por el simple contacto con la
hostia fue suprimida de los libros litúrgicos desde el s.XII (la última vez que
se la encuentra es en el S.XVI)
- La
materia y forma del sacramento del Orden. Fueron modificadas por Pío XII en la
Constitución Apostólica Sacramentum Ordinis. El Papa no identifica “sustancia”
de los sacramentos con materia y forma, sino con la gracia que Cristo quiso se
transmitiera en cada sacramento. Cristo habría instituido los sacramentos en
forma genérica (salvo el Bautismo y la Eucaristía) y habría dejado a la Iglesia
la libertad de precisar la materia y la forma (que expresan la gracia propia
del sacramento)
En el
sacramento del Orden: antes se consideraba necesaria “la entrega de
instrumentos”; ahora es la imposición de manos.
Cambio de sentido. Según
Vagaggini: “La misma evolución puede hacer también que se interpreten
de modo diverso fórmulas y ritos antiguos, que, al principio, no tenían
precisamente tal sentido para quienes los compusieron y los adoptaron. Así, tal
vez, el texto del ofertorio en la Misa romana de los difuntos; la epiclesis en
las liturgias orientales; el objeto de la fiesta de la Concepción de la Virgen;
el objeto de la fiesta de la Asunción”. (p.489)
Obviamente
que si la Iglesia mantiene hoy, p.ej, el texto del Ofertorio de difuntos, no lo
interpreta de la misma manera que antes haya podido entenderse. (como si
hubiese un tiempo de espera antes del juicio particular…) Porque la doctrina de
la Iglesia es la de la retribución inmediata.
4)- “Prácticamente, sólo mediante
el estudio teológico completo de
cada una de las cuestiones puede determinarse el grado autoritativo de un punto
cualquiera de la liturgia, tanto histórica como actual.”
“Es
cuarta regla es, a mi juicio, la más importante”.
Por la
sola liturgia no se puede tener certeza de qué grado de adhesión merece un
texto determinado.
a- Porque no siempre se puede discernir
el sentido preciso del texto
b- Aunque sea un texto antiguo y
presente en muchas liturgias, no implica necesariamente que se trate de algo
dogmático. Aun cuando haya unanimidad moral entre los obispos y el Papa, hay
que demostrar que ellos quisieron presentar el texto en cuestión como de fe
divina y católica.
6. La liturgia como instrumento de la
heterodoxia
“La Liturgia
es una cosa demasiado importante en la Iglesia como para no haber sido el
blanco de los ataques de la herejía” (Dom Guéranger)[9]
“El
primer rasgo de la herejía antilitúrgica es el odio de la Tradición expresada
en las fórmulas del culto divino…” La Liturgia “es la Tradición en su máxima
expresión…” (n.1)
CAMBIOS
LITÚRGICOS
¿Puede
haber cambios?
a-
Puede y ha habido: Pío XII lo explica en
Mediator Dei. Hubo cambios en razón de:
-
Formulación
doctrinal más explícita. Por eso se incluyó el rito de la elevación en la Misa.
-
Razones
prácticas, meramente disciplinares o pastorales. P.ej: la comunión se deja de
dar en la mano y bajo las dos especies.
-
Prácticas
extralitúrgicas: es decir, ellas se introdujeron en la liturgia con el paso del
tiempo. P.ej: ciertas procesiones, que antes tenían solo un carácter popular (no
oficial)
-
El
desarrollo de las bellas artes. A este respecto, en 1588, el Papa Sixto V
instituyó la Congregación
de Ritos para controlar los abusos introducidos en al música religiosa, la
pintura, etc.
b-
Sin embargo, posible no quiere decir necesario. Si se va a cambiar algo, el
sentido común nos dice que tiene que ser para mejor: para manifestar mejor una
verdad de fe, para acrecentar el respeto de los misterios que se celebran, etc.
No se trata de cambiar por cambiar.
Al respecto, el famoso poeta Paul Claudel nos dice bellamente lo
siguiente:
“La naturaleza, al comienzo de cada estación,
no se comporta como una diseñadora de modas que se rompe la cabeza por inventar
nuevas formas de vestidos o tapados. La vemos, en cambio, que candorosamente,
no se cansa de producir siempre la misma hoja, la misma rosa, el mismo pájaro,
la misma mariposa (los mismos, siempre los mismos)… A cada cosa que ella hace,
se diría que le presta un tal interés, una tal importancia, que no se cansa
nunca de repetirlas, como un niño que repite con insistencia una palabra que no
llega a hacernos comprender. (…) De igual manera, en el orden de las realidades
religiosas, vemos un fenómeno completamente análogo. Los espíritus estrechos y
superficiales, los heréticos, los modernistas quisieran sin cesar tocar todo,
todo cambiar, trastornar todo. La
Iglesia, en cambio, permanece adherida al orden inmutable de
sus dogmas y sus ceremonias, sabiendo que, como dice el Génesis, son cosas, no
solamente buenas, sino muy buenas. En sus salmos, en sus himnos, en la Misa de cada mañana, en ese
prestigioso poema de la liturgia, a la vez drama y coro, que se extiende
durante el año, las almas que tienen sed de amor y de belleza reencuentran, sin
tedio alguno, y con un interés siempre renovado, las mismas satisfacciones que
han venido a buscar allí sus padres antes que ellos”
c-
La liturgia es por su misma naturaleza Tradición. No confundir con
arqueologismo.
Pío
XII: “Hay
que reprobar severamente la temeraria osadía de quienes introducen
intencionadamente nuevas costumbres
litúrgicas o hacen renacer ritos ya en
desuso y que no están de acuerdo con las leyes y rúbricas vigentes”. Habla
después del “excesivo arqueologismo”
“No
resultaría animado de un celo recto e inteligente quien deseara volver a los antiguos ritos y usos, repudiando las
nuevas normas introducidas por disposición de la Divina Providencia y por la
modificación de las circunstancias” (Parte I, 2)
Dom
Guéranger: “Es así como todos los sectarios, sin excepción, comienzan por reivindicar los derechos de la antigüedad; quieren liberar el
cristianismo de todo lo falso e indigno de Dios que el error y las pasiones de
los hombres le agregaron; no quieren
nada fuera de lo primitivo y pretenden entroncar con los orígenes de la
institución cristiana. Es por eso que podan, borran, recortan, todo cae
bajo de sus golpes; y cuando se espera ver resurgir el culto divino en su
pureza primigenia, resulta que hay una invasión de fórmulas nuevas que datan de
la víspera, que son incuestionablemente humanas puesto que el que las redactó
todavía está vivo.” (Instituciones litúrgicas, Libro 1, cap.XIV)
1. Arquitectura del templo: el
templo implica concepción de lo sagrado. Separado del mundo. En muchas iglesias
modernas no se palpa ese carácter de lo sagrado. Prima lo funcional sobre la belleza
y lo simbólico. Ej: la nueva basílica de Guadalupe; Lourdes, etc.
Ese
simbolismo tan patente en el románico y el gótico “enciclopedias en piedra” “la
Biblia de los iletrados”
Dom
Guéranger da como uno de los rasgos de la herejía antilitúrgica la pérdida del sentido de lo sagrado que
se extiende a diversos ámbitos:
“…Todo
lo que no les parecía puramente racional
fue tachado por ellos de superstición e idolatría, con lo que disminuyeron las
expresiones de la fe, obstruyendo con la duda e incluso con la negación todos
los caminos que llevan al mundo sobrenatural. Es así como ya no hay más
sacramentos…ni sacramentales, bendiciones, imágenes, reliquias de santos,
procesiones, peregrinaciones, etc.
Ya no
hay más altar, solo una simple mesa;
ni sacrificio, como en todas las
religiones, sino simplemente una cena; ni iglesia, solo un templo, como en la
época de los griegos y los romanos; ni arquitectura
religiosa, puesto que no hay misterios; ni pintura ni escultura cristianas,
puesto que no hay más religión sensible; en fin, no hay más poesía en un culto
que no está fecundado por el amor ni la fe” (n.5)
Estructura
del templo:
a- Orientación: el
presbiterio se construía mirando al este; el altar adosado -o casi- al muro
oriental. Eso impone la posición del celebrante.
No podemos aquí extendernos en el tema, pero enunciamos las
razones por las cuales se mira hacia el este:
- El sol es
símbolo de Cristo, “Sol de justicia”
- En
oriente se halla el Paraíso
- Por el
oriente volverá Cristo
1.
"Yo considero la introducción de los altares cara al pueblo y la
celebración orientada hacia éste, como mucho más graves y generadoras de
problemas para la evolución futura que el nuevo misal. Porque el fundamento de
esta nueva posición del sacerdote respecto del altar...es una nueva concepción de la Misa: la que hace de ésta una 'comunidad
de banquete eucarístico'". Así se expresa un importante liturgista del
siglo XX, Mons. Klaus Gamber.[10]
Y más
adelante: "...Se piensa haber hecho revivir así un uso de la iglesia
primitiva. Ahora bien...se puede probar categóricamente que no hubo jamás ni en
la Iglesia de
Oriente, ni en la de Occidente, celebración 'versus populum' (cara al pueblo)
sino que siempre todos se ponían faz al Oriente para rezar 'ad Dominum'"[11]
Lo
mismo dice Jungmann: "La afirmación tantas veces repetida de que el altar
de la iglesia primitiva suponía que el sacerdote estuviera siempre de cara al
pueblo, no es sino una leyenda. Se trata aquí del acento exclusivo que tanto
gusta en nuestros días destacar, acerca del carácter de comida de la Eucaristía"
(Revista Der Seelsorger, 1967)
2. El
altar cara al pueblo fue promovido ya por Lutero:
"Dejemos allí que sigan los
ornamentos para la misa, el altar, las velas, hasta que vayan cambiando y nos
plazca hacerlo. Pero a quien en esto quiera proceder de otra manera, lo dejamos
hacer. Empero, en la verdadera misa entre auténticos cristianos el altar no
debería quedar así y el sacerdote tendría que estar siempre mirando al pueblo,
como sin duda lo hizo Cristo en la Última Cena. Ahora bien, esto necesita
tiempo".[12]
Los
modernistas siguieron resucitaron esa idea varios años antes del Concilio
Vaticano II, especialmente en Alemania. En ello fue un precursor Romano Guardini, con sus Misas en el castillo
de Rothenfels. Otro gran apóstol de dicho cambio fue Pius Parsch.
Pío XII condenó esta práctica
en 'Mediator Dei': "...Así por ejemplo, se sale del recto camino, quien
desea devolver al altar su forma antigua de mesa..."
Pero en
la 1964 la Instrucción
"Inter Oecumenici" la impuso: "Es conveniente construir el altar
mayor separado del muro para que pueda dar la vuelta en torno a él fácilmente y
que se pueda celebrar cara al pueblo..." (n.91)
Consecuencia
de dar vuelta el altar:
"Qué
decir entonces de ese nuevo tipo de sacerdote-comediante, que atrae toda la
atención sobre sí mismo, y que da su perorata como un vulgar cantinero detrás
de su mostrador..." (L.Bouyer)
Dice el Papa: “La liturgia no es un show, no es un espectáculo que necesite
directores geniales y actores de talento. La liturgia no vive de sorpresas
simpáticas, de ocurrencias cautivadoras, sino de repeticiones solemnes. No debe
expresar la actualidad, el momento efímero, sino el misterio de lo sagrado”.
Consecuencia de esta concepción: “Muchos han pensado y dicho que la liturgia
debe ser hecha por toda la comunidad para que sea verdaderamente suya. Es ésta
una visión que ha llevado a medir el resultado de la liturgia en términos de
eficacia espectacular, de entretenimiento. De este modo se ha diluido lo propio
de la liturgia: no proviene de lo que nosotros hacemos, sino del hecho de que
aquí acontece Algo que todos nosotros juntos somos incapaces de hacer” (Informe
sobre la fe, p.139)
Altar y sagrario: "Separar el tabernáculo del altar es separar dos cosas que por su origen y naturaleza deben permanecer unidas" (Pío XII)
b- Organización, división del
espacio:
Eliminación presbiterio: queremos
decir la eliminación de toda separación entre el presbiterio o ábside, donde se
halla el altar y el cuerpo de la iglesia (nave o naves). Aquel es el lugar
propio del celebrante y sus ministros (clérigos); el otro es el lugar de los
fieles.
Esto
está basado en la equiparación del sacerdocio ministerial con el sacerdocio
genérico de los fieles. Como veremos más adelante.
Es
notable que a pesar de las alabanzas que se prodigan a “nuestros hermanos
mayores” no se recuerde la división neta en el templo de Jerusalén: patios
(judíos/gentiles/mujeres); el “Sancta” y el “Sancta Sanctorum”, donde solo
ingresaba el Sumo Sacerdote y solo una vez al año…
2. Latín y fe: el latín es la lengua
sagrada de la Iglesia. Ello lo demostró el Papa Juan XXIII en su Encíclica
Veterum Sapientia[13]
Ahora
nos queremos detener en un solo aspecto: el uso del latín en cuanto a la fe.
El
latín permite la unión en el espacio y en el tiempo con la Iglesia universal…
Y tiene
ciertas características (precisión) que lo hacen vehículo digno de las verdades
más sublimes.
Dom
Guéranger: “El odio a la lengua latina es algo innato en el corazón de
todos los enemigos de Roma; en ella ven el lazo que une a todos los católicos
del mundo, el arsenal de la ortodoxia en contra de todas las sutilezas del
espíritu de secta, el arma más poderosa del Papado”…
…“Confesemos
que fue una jugada maestra del protestantismo el haber declarado la guerra a la
lengua santa; si pudiera llegar a destruirla, su triunfo total estaría
cercano…” (n.8)
El
latín es “antídoto eficaz contra toda
corrupción de la pura doctrina” (Pío XII).
Juan XXIII: “No tan sólo universal sino también immutable debe
ser la lengua usada por la Iglesia.
Porque si las verdades de la Iglesia Católica
fueran encomendadas a algunas o a muchas de las mudables lenguas modernas…,
acontecería que, varias como son, no a muchas sería manifiesto con suficiente precisión
y claridad el sentido de tales verdades, y por otra parte, no habría
ninguna lengua que sirviera de norma común y constante, sobre la cual
tener que regular el exacto sentido de las demás lenguas.
Pues bien, la lengua latina, ya desde hace siglos
sustraída a las variaciones de significado que el uso cotidiano suele
introducir en los vocablos, debe considerarse fija e invariable, ya que los
nuevos significados de algunas palabras latinas, exigidos por el desarrollo,
por la explicación y defensa de las verdades cristianas, han sido desde hace
tiempo determinados en forma estable.”
Y por
eso el latín “es una puerta que pone
en contacto directo con las verdades cristianas transmitidas por la tradición y
con los documentos de la enseñanza de la Iglesia”, y “un vínculo eficacísimo que une en admirable
e inalterable continuidad a la Iglesia de hoy con la de ayer y mañana”.
(Veterum
Sapientia)
Como ha
demostrado la experiencia: “Traduttore, traditore” se aplica también en el
ámbito litúrgico. Tomemos un ejemplo:
“Pro multis”:
hace 6 años el Vaticano exigía traducir “por muchos” y no por todos (“pro
ómnibus”), como se había hecho en diversos países y lenguas. Y eso a pesar que
todos los ritos orientales dicen al igual que el texto latino “por muchos”.
Pero
además el tema había sido tratado ex profeso por el Concilio de Trento.
“Pro multis” (polloi)
Dice el Catecismo Romano: “Cuando dijo pro vobis, dio a entender a los que
estaban presentes o a los escogidos del pueblo judío, cuáles eran sus
discípulos, excepto Judas, con los cuales estaba hablando. Y cuando añadió pro
multis quiso se entendieran los demás elegidos de entre los judíos o
los gentiles. Perfectamente, pues, obró
no diciendo pro omnibus (por todos), ya que entonces sólo hablaba de los frutos
de la Pasión, la cual sólo para los escogidos produce frutos de salvación”
(II, cap.IV, n.24)
¿Qué
está implica esta falsa traducción? Que nos salvamos todos…Como dijo un famoso
teólogo, el Infierno no existe y si existe está vacío…
3. Santa Misa
Hay
tres verdades fundamentales respecto a la Santa Misa:
-
Es un sacrificio propiciatorio
-
La presencia real de Cristo
-
El sacerdocio ministerial
a- LA MISA ES UN SACRIFICIO
Y sacrificio
propiciatorio (no solamente de acción de gracias y de alabanza)
* Se ve claramente ya en el Ofertorio…: “Suscipe,
Sancte Pater, omnipotens aeternae Deus, hanc inmaculatam hostiam, quam ego
indignus famulus tuus offero tibi Deo meo vivo et vero…” por los pecados
propios y ajenos…
Cáliz: “Offerimus tibi Domine, calicem salutaris…”
Un pastor luterano L.Reed dice respecto a esto: “…la
parte central del ofertorio, ‘Suscipe Sancte Pater’ es una exposición perfecta
de la doctrina romana sobre el sacrificio de la Misa”
Por eso fue cambiado por Lutero, ya que manifiesta
claramente la teología católica de la Misa. En efecto, dijo el apóstata:
“Repudiando todo lo que huele a sacrificio y Ofertorio juntamente con todo el
Canon, retengamos aquello que es puro y santo, y así ordenemos nuestra Misa”
(Formula Missae, 1523)
El Ofertorio actual (“Bendito seas Señor…”) es una
bendición judía de la mesa.
* La presencia de la cruz sobre el altar y la
obligación del sacerdote de mirar hacia ella en varias ocasiones recuerda esta
unión entre el altar y la cruz
* También las bendiciones que se repiten
abundantemente a lo largo del rito, aun después de la consagración
* El detalle tipográfico de los misales, al comenzar
el Canon: “Te igitur…” se estila dibujar una Tau en forma de cruz
* La obligación de colocar reliquias de mártires en el
altar…
La
concepción de la Misa como Cena trajo aparejado:
-
Sin fieles no celebro Misa: “Están fuera del camino de la verdad los
que no quieren celebrar el Santo Sacrificio si el pueblo cristiano no se acerca
a la sagrada mesa; pero más yerran todavía los que, para probar que es
enteramente necesario que los fieles,
junto con el sacerdote, reciban el alimento eucarístico, afirman capciosamente
que aquí no se trata sólo de un Sacrificio, sino del (Sacrificio) y del convite
de la comunidad fraterna, y hacen de la Sagrada Comunión, recibida en común,
como la cima de toda celebración” (Pío
XII, Mediator Dei)
b- CRISTO ESTÁ REALMENTE PRESENTE EN LA HOSTIA
En cada partícula de la sagrada hostia y en cada gota
del cáliz está presente Nuestro Señor Jesucristo con su cuerpo, su sangre, su
alma y divinidad.
De allí las múltiples muestras de respeto que le
prodiga la Iglesia en la liturgia tradicional:
* Tres manteles: por respecto a la sangre de Cristo.
Si se derrama será absorbida por ellos y luego se los purificará debidamente.
El mantel se hace de lino en memoria de la Sábana
Santa que envolvió el sacratísmo Cuerpo de N.S.
* Genuflexión inmediatamente después de consagrar
* Los dedos permanecen unidos después de haber
consagrado
* El comulgar de rodillas
* El uso de la patena
* La forma de hacer las purificaciones – recoger
partículas del corporal
De rodillas:
“Existen ámbitos, no poco influyentes, que intentan convencernos de que no
hay necesidad de arrodillarse” (p.209)
“Puede
ser que la cultura moderna no comprenda el gesto de arrodillarse, en la medida
en que es una cultura que se ha alejado de la fe, y no conoce ya aquel ante el
que arrodillarse es el gesto adecuado, es más, interiormente necesario. Quien
aprende a creer, aprende también a arrodillarse. Una fe o una liturgia que no
conociese el acto de arrodillarse estaría enferma en un punto central. Allí
donde ese gesto se haya perdido, hay que volver a aprenderlo, para permanecer
con nuestra oración en comunión con los apóstoles y los mártires, en comunión
con todo el cosmos y en unidad con Jesucristo mismo” (p.219)
San Pablo nos dice que al nombre de Jesús toda rodilla se dobla (debe
doblarse), hasta en los Infiernos (Fil.2, 6-11)
El silencio: implica
la pérdida del sentido del misterio. Ante la manifestación de lo divino uno se
queda sin palabras, boquiabierto…Por sentimiento de reverencia ante lo que nos
sobrepasa infinitamente y por arrobarnos frente a la belleza divina
Ratzinger:
“Este
concepto nobilísimo (el de participación activa) ha sufrido una restricción
fatal en las interpretaciones postconciliares. Se ha llegado a creer que sólo
se daba ‘participación activa’ allí donde tenía lugar una actividad exterior,
verificable: discursos, palabras, cánticos, homilías, lecturas, estrechamiento
de manos…Pero se ha olvidado que el Concilio, por actuosa participatio,
entiende también el silencio, que permite una participación verdaderamente
profunda y personal, abriéndonos a la escucha interior de la Palabra del Señor”
(Informe sobre la fe, p.140)
Como
momentos concretos el cardenal dice deben ser:
-
El Ofertorio
-
El Canon (ver abajo)
-
Especialmente la elevación de la Hostia
-
Algunas oraciones que el sacerdote dice solo:
antes del Ev., etc
“Con
disgusto de muchos liturgistas, en 1978 sostuve
que no se ha dicho, en absoluto, que el Canon haya que recitarlo en voz alta.
Después de haber reflexionado, quiero volver a repetirlo una vez más con
insistencia, con la esperanza de que, después de veinte años esta tesis
encuentre un poco más de comprensión…
…Pero,
por lo que yo puedo ver, continúan negando la posibilidad de que también el
silencio y precisamente el silencio, pueda contribuir a crear comunión ante
Dios. No es, sin embargo, una coincidencia que en Jerusalén, incluso en tiempos
más antiguos, se recitara parte del Canon en silencio, y que en Occidente el
silencio durante el Canon…se haya convertido en norma.
Quien
explica esto como consecuencia de equívocos, procede con demasiada ligereza. En
efecto, no es verdad que la recitación en voz alta, y sin interrupción, de la
plegaria eucarística sea la condición para la participación de todos en la
plegaria eucarística” (p.240)
c- EL SACERDOCIO MINISTERIAL
Dom Guéranger: “La herejía antilitúrgica, para asentar para siempre su
imperio, necesitaba destruir, de hecho y por principio, todo sacerdocio en el
cristianismo…” “…En el protestantismo sólo hay laicos, y así tenía que ser
puesto que ya no hay Liturgia, y ya no hay más Liturgia porque sólo hay laicos”
(n.11)
Pío XII ya había denunciado este error de querer equipar el sacerdocio genérico de
los fieles con el sacerdocio del presbítero.
“102. Es necesario, Venerables Hermanos, explicar claramente a vuestro
rebaño cómo el hecho de que los fieles tomen parte en el Sacrificio Eucarístico
no significa, sin embargo, que gocen de poderes sacerdotales.
103. Hay en efecto, en nuestros días, algunos que, acercándose
a errores ya condenados , enseñan que en el Nuevo Testamento, con el nombre de
Sacerdocio, se entiende solamente algo común a todos los que han sido
purificados en la fuente sagrada del Bautismo; y que el precepto dado por Jesús
a los Apóstoles en la última Cena de que hiciesen lo que El había hecho, se
refiere directamente a toda la Iglesia de fieles; y que el Sacerdocio
jerárquico no se introdujo hasta más tarde. Sostienen por esto que el pueblo
goza de una verdadera potestad sacerdotal, mientras que el Sacerdote actúa
únicamente por oficio delegado de la comunidad. Creen, en consecuencia, que el
Sacrificio Eucarístico es una verdadera y propia «concelebración», y que
es mejor que los sacerdotes «concelebren» juntamente con el pueblo
presente, que el que ofrezcan privadamente el Sacrificio en ausencia de éstos.
104. Inútil es explicar hasta qué punto estos capciosos
errores estén en contradicción con las verdades antes demostradas, cuando hemos
hablado del puesto que corresponde al Sacerdote en el Cuerpo Místico de Jesús.
Recordemos solamente que el Sacerdote hace las veces del pueblo, porque
representa a la Persona de Nuestro Señor Jesucristo, en cuanto El es Cabeza de
todos los miembros y se ofreció a Sí mismo por ellos: por esto va al altar,
como Ministro de Cristo, siendo inferior a El, pero superior al pueblo. El
pueblo, en cambio, no representando por ningún motivo a la Persona del Divino
Redentor, y no siendo mediador entre sí mismo y Dios, no puede en ningún modo
gozar de poderes sacerdotales.”
Algunas consecuencias de esta falsa concepción:
-
Laicos que invaden el presbiterio
- Dan
la comunión
-
Comunión en la mano
"El
análisis del Novus Ordo hecho por los dos cardenales no ha perdido nada de su
valor, ni, infortunadamente, de su atemporalidad... Los resultados de la
reforma son considerados por muchos hoy en día como devastadores. Fue mérito de
los cardenales Ottaviani y Bacci descubrir muy rápidamente que la modificación
de los ritos resultaría en un cambio fundamental de la doctrina".
Card. Alfons Stickler, 27 de noviembre de
2004,
en ocasión de la reedición del la Intervención de Ottaviani
en ocasión de la reedición del la Intervención de Ottaviani
CONCLUSIÓN
Hemos
visto pues que entre liturgia y fe existe una unión estrecha.
Por eso
cerramos esta charla con un interrogante, una reflexión personal.
Dice
Nuestro Señor Jesucristo: “…Cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen
ustedes que encontrará Fe sobre la tierra?” (Lc.18, 8)
Ahora
bien, la Parusía tendrá lugar cuando se haya removido el obstáculo (el
“katejón”) que permitirá la manifestación del “Hijo de perdición”, como lo dice
San Pablo en la II Tesalonicenses (2)
¿Cuál
es ese obstáculo?
Santo
Tomás pensaba que era la Cristiandad.
El
P.Prat, gran exégeta, cree que se trata de San Miguel Arcángel
Pero
quiero proponer una tercera alternativa: el “obstáculo” es la Santa Misa. Si la
fe de los católicos está íntimamente unida a la liturgia, en la medida que
desaparezca la liturgia, desaparecerá la fe.
Ahora
bien según San Alfonso María de Ligorio la Misa desaparecerá algún día[14],
y con ella la fe.
“…Por esto el demonio se esforzó siempre por
suprimir la Misa del mundo, mediante los herejes, a quienes hizo precursores
del Anticristo, que lo primero que procurará hacer y hará, será abolir el
sacrificio del altar, en castigo de los pecados de los hombres, como profetizó
Daniel(8, 11 ss.):’Y se ensoberbeció hasta contra el príncipe de la milicia, le
quitó el sacrificio perpetuo y arruinó el lugar de su Santuario"
("La
dignidad y santidad sacerdotal", p.166, Apost.Mariano, Madrid, 1983)
Claro
que no creemos se trate de la desaparición total de la Eucaristía. Quedará un
puñado de cristianos valerosos y de una fe inconmovible reunidos en torno al
altar, como María Santísima y San Juan a los pies de la cruz.
“Stat crux dum orbis volvitur”
Bibliografía
AMERIO,
Romano. Iota Unum. Paris, NEL, 1987
DA
SILVEIRA, Arnaldo V.X. Implicaciones teológicas y morales del Nuevo
Ordo Missae. Mimeografiado,
1971
GAMBER, Klaus. La réforme liturgique en question. Édition Sainte-Madeleine, 1992
http://catholicapedia.net/Documents/cahier-saint-charlemagne/documents/C139_Gamber_La-Revolution-liturgique_28p.pdf
Vueltos
hacia el Señor. http://www.geocities.ws/catolicosalerta/altar/altar_01.html
GARRIDO,
Manuel. Curso de liturgia romana. Madrid, BAC, 1961. (Pp.64-72)
GUÉRANGER, Prosper (OSB). Institutions liturgiques.
http://lamisadesiempre.blogspot.com.ar/2011/07/institutions-liturgiques-1-dom.html
MARTIMORT, A.G. La Iglesia en oración. 2ª.ed. Barcelona, Herder, 1967. (Pp.258-282)
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OTTAVIANI,
Alfredo (Cardenal) y BACCI, Antonio (C.). Breve Examen Critico del Novus Ordo Missae. 1969
RATZINGER,
Joseph (cardenal) y MESSORI, Vittorio. Informe
sobre la fe. Madrid, BAC, 1985. (Sobre todo cap.IX)
RATZINGER,
Joseph. El espíritu de la liturgia. Madrid, Cristiandad, 2001
RIGHETTI,
Mario. Historia de la liturgia.
Madrid, BAC, 1955 (T.I, c.2)
VAGAGGINI,
Cipriano (OSB). El sentido teológico de la liturgia. Madrid, BAC, 1965.
(Especialmente la parte IV)
Artículos
- El año de la fe y la sagrada liturgia. http://www.salvemaliturgia.com/2012/01/o-ano-da-fe-e-sagrada-liturgia.html
- Fe
y liturgia. P. Mauro Gagliardi. http://www.betania2010.com/es/notizie/italia/1588-monsignor-betori-perdona-il-suo-aggressore-.html
- Fe y liturgia . Artículo
Revista E-Aquinas http://www.e-aquinas.net/
- Fe y liturgia. F.Brovelli
(NDL) http://mercaba.org/LITURGIA/NDL/F/fe_y_liturgia.htm
- Liturgia y catequesis. Julián
López Martín (NDL) http://mercaba.org/Catequetica/L/liturgia_y_catequesis.htm
- Profesión de fe. A. Donghi. http://mercaba.org/LITURGIA/NDL/P/profesion_de_fe.htm
[1]
Conferencia pronunciada en el Congreso de jóvenes organizado por los Miles
Christi- 8-X-2012. Hemos agregado algunas líneas, notas y bibliografía.
[2] “Entre
todas las virtudes morales es la Religión la que más se acerca a Dios, pues
realiza todo lo que directa e inmediatamente atañe al honor divino” (II-II-,
q.81, a.6)
[3] In
Boethii: De Trin. Lect1, q.1, a.2 (alias 11)
[4]
Dz.238-49
[5] “…Y
precisamente porque aquel conocimiento por connaturalidad constituye para el
creyente una condición previa al acto de la fe
y un motivo de credibilidad basado sobre un elemento estrictamente
personal y no conceptualmente analizable ni directamente comunicable, el
creyente mismo no es capaz de defender la racionabilidad de su adhesión por vía
de razonamiento contra las eventuales objeciones, sino recurriendo a argumentos
tomados en otro plano y de otra naturaleza. Para dar cuenta a sí mismo o a
otros, por vía de razonamiento, explicando y discutiendo, de la racionabilidad
de su acto de adhesión, el creyente deberá estar siempre en un plano conceptual
y no puramente personal” (Vagaggini, p.502)
[6] “Instrumentum
principale magisterii ordinarii Ecclesiae”. Carta al abad B.Capelle. Quest.lit.
et paroiss. (1936), p.134
[7] Epist. ad Episcopos Galliarum,
Migne, Patrol. lat. 50, 535.
[8] San Juan
de la Cruz, Llama de amor viva IIII, 30-62
[9]
Instituciones Litúrgicas. Libro I, cap.XIV
[10] "Tournés vers le Seigneur",
Prefacio
[11] O.c.,
p.20
[12] Martín
Lutero, "Deutsche Messe und Ordnung des Gottesdientes", 1526
Un análisis detallado de este asunto se puede ver
aquí: “Por qué el latín es la lengua de la Iglesia”: http://lamisadesiempre.blogspot.com.ar/search/label/LAT%C3%8DN
[14] Lo
mismo afirma Dom Guéranger