PRONUNCIACIÓN ROMANO-CRISTIANA, LITÚRGICA O “ECLESIÁSTICA”
Profesores Silvia Esther Saraví y Néstor Adrián Sequeiros
A través de la Edad Media la pronunciación del latín fue evolucionando de modo distinto en las diversas áreas lingüísticas del Imperio Romano occidental, proceso que culminó, hacia fines del primer milenio, en el nacimiento de los nuevos idiomas románicos o romances, es decir, derivados de la lengua de Roma.
Durante aquella época y hasta nuestros días el cristianismo fue el factor más importante para conservar y enriquecer la unidad viviente del latín culto, también en el campo fonético: a través de la enseñanza y del canto litúrgico se generalizó la pronunciación usada en el territorio de la actual Italia, transformación natural de la pronunciación romana, clásica o restituta que había sido norma en la época de Nuestro Señor Jesucristo.
Las diferencias entre la pronunciación clásica y la romano-cristiana son escasas. Importa ahora señalar las que existen entre esta última y la del castellano.
ae, oe = e : terrae (terre), poena (pena). También se escriben: æ, œ.
c = tch, antes de e, i, ae, oe : crucem (crú-tchem), ecce (e-tche), pacis (pa-tchis), caeléstis (tcheléstis), coena (tchena), excélsis = ek‑tchélsis
ch = k : Christus (kristus), schola (skola), brácchium (brác-ki-um).
g = d-ye, d-yi, antes de e o de i : reges (red-yes), ágimus (ád-yimus). gue, gui = güe, güi : pingue (pingüe), sanguis (sangüis)
gn = ñ : agnus (añus).
h = k, en las palabras : mihi (miki) y nihil (níkil). En todos los demás casos no se pronuncia ni se aspira: theátrum (teátrum), hómines (ómines).
El último ejemplo muestra que tampoco se aspira la h inicial, como se hacía en los primeros tiempos del latín: esta característica había desaparecido ya en la Roma clásica del siglo I a. C., cuando se intentó reimplantarla en círculos muy sofisticados.
j = i : jam (iam), jucúnda (iucúnda). En la época clásica se escribía : iam, iucúnda.
La grafía j (“iod”) no es propia del alfabeto latino; fue introducida en el siglo XVI por Pierre La Ramée, lo mismo que la v (“vau”), para reemplazar, respectivamente, a la i y la u cuando estas letras aparecen entre vocales en medio de palabra o bien ante vocal al comienzo de palabra o de una parte no inicial de palabra compuesta: cuius = cujus (cu-ius), iustus = justus (iustus), ádiuuo = ádjuvo (ád-iuvo), uultus = vultus (vultus), inuítus = invítus (in-vítus). En tales casos, la i o la u tienen sonido “semivocal” o “semiconsonántico” : no son vocales ni forman propiamente ningún diptongo con las vocales contiguas.
ll = dos eles. (Nunca como elle) : ancílla (an-tchíl-la), bellum (bél-lum).
ph = f : stropha (strofa)
Las combinaciones ch, ph, rh y th no son originales del latín: fueron introducidas al final del s. II a. C. para transliterar, respectivamente, las letras griegas c , f , r y q, pero sin la aspiración que tenían en esa lengua, salvo la ph. El uso de la ch se extendió a algunas palabras propiamente latinas, como pulcher (púlker) o Gracchus (grakus).
qu = cu. (Siempre se pronuncia la u, salvo cuando está seguida por otra u) : quáttuor (cuát-tu-or), ítaque (ítacue), quinque (cuincue). Observar la excepción (ej.) : equus (ecus) (¡No : ecuus !).
La u en qu no es propiamente una vocal sino un agregado posterior a la grafía de la q para señalar su pronunciación diferente a la de la c. En las primeras épocas de la lengua se escribía : qáttuor, ítaqe, etc.
r = siempre “ere” (como pero, en castellano), incluso al comienzo de palabra.: rosa, ripa, respóndeo.
rh , rr = rr : rhetórica (rretórica), terra (terra).
s entre vocales es sonora (como “casa” en italiano) : rosa (roşa). (La punta de la lengua vibra apoyándose en el paladar y al final del sonido se vuelve hacia atrás, no hacia adelante y abajo).
sc = sh, antes de e o de i : ascéndens (a-shéndens), discípulus (di-shípulus)
ti = tsi, cuando sigue otra vocal : grátia (grátsi-a), actiónis (aktsi-ónis).
Excepciones: se pronuncia ti :
1. Si la sílaba ti está precedida por s, t o x : jústium (iústi-um), Brúttium (brút-ti-um), mixtio (míxti-o).
2. Al comienzo de palabra : tiára (ti-ara).
3. Cuando la i es acentuada : totíus (totí-us), prophetía (profetía).
4. En palabras de origen griego : Boeótia (beóti-a).
V es el signo de mayúscula correspondiente a la u : VNVS = UNUS. A partir del siglo XVI también se usa para la v mayúscula : Verbum (vérbum). Acerca de la v, ver lo explicado en la regla de la j. En latín la v semiconsonante se pronuncia como labio-dental, diferenciándola claramente de la b bilabial.
y = i, muy cerrada. (Pronunciar “i”, pero juntando los labios hacia adelante, como al decir la “u” castellana: el resultado es un sonido intermedio entre ambas vocales : Olýmpus (olýmpus), Aegýptus (ed-yýptus).
Esta letra y la z no se usaban originariamente en latín pero fueron introducidas posteriormente para representar la grafía de palabras provenientes del griego.
z = ds, al comienzo de palabra : zona (dsóna); = ts, en medio de palabra : nazarénus (natsarénus).
Consonante duplicada = consonante prolongada : Áttica, ille, afflígit (pron.: át-tica, il-le, af-flíd-yit).
SE DEBEN PRONUNCIAR TODAS LAS LETRAS, DESTACANDO BIEN LAS FINALES.
Ejs.: deest, ímmolo, annus, tunc, primam.
Diptongos. Únicamente son diptongos : ae, oe, au y, en algunos casos, eu (excepcionalmente: ei y ui). Las demás combinaciones de vocales no forman diptongo en latín; sus componentes deben pronunciarse y silabearse por separado.
Es importante recordar estas reglas para distinguir correctamente las sílabas en la pronuncia-ción y en la escritura.
Son diptongos, por ej.: Caesar (tché-sar), móenia (mé-ni-a), aurum (áurum), seu (seu).
No hay diptongos, por ej., en las siguientes palabras: Deus meus (de-us me-us), Sicília (si-tchí-li-a), puer (pú-er), régio (réd-yi-o), deínde (de-ín-de), fílius (fí-li-us), quotídie (cuo-tí-di-e), ait (á-it), puélla (pu-él-la), fuit (fú-it).
Se acostumbra colocar un signo de diéresis ( ¨ ) sobre la segunda de dos vocales contiguas para indicar que no forman diptongo y, por lo tanto, deben pronunciarse por separado: aër (á-er), poëta (po-éta).
Acentuación. A excepción de algunas pocas palabras agudas (illíc, adhúc, istúc), en latín solo hay palabras graves o esdrújulas. Por lo tanto :
* Las bisílabas son graves : bonum (bónum).
* Las de dos o más sílabas pueden ser :
graves, cuando la penúltima sílaba es larga ( ¯ ) : amícus;
esdrújulas, cuando la penúltima silaba es breve ( ˘ ) : ínsula.
El acento no se escribía en latín pero, siguiendo el uso litúrgico, lo escribiremos durante el primer ciclo del curso para facilitar la acentuación de las palabras que tengan tres o más sílabas, simplificando así el aprendizaje.
ALFABETO LATINO (Las letras se nombran como en castellano, salvo las indicadas)
A B C D E F G H I K L M N O P Q R S T V X
a b c d e f g h i k l m n o p q r s t u x
tche ef gue ha kappa el em en er es ix
Y y : y graecum - Z z : dseta